El pacto se ha dado en Montevideo, en presencia de la presidenta de la Comisión Europea, von der Leyen, en la cumbre de los países latinoamericanos; ya antes del viaje, la alemana dejó claro que era el momento del empujón definitivo.
Ahora falta que las partes ratifiquen el acuerdo de manera individual. En el caso de la UE, cobra mucha fuerza la opción de que se encuentre una vía en los Tratados para que los 27 lo puedan aprobar en el Consejo por mayoría cualificada, de tal manera que se pueda esquivar el ‘no’ perenne de Francia. Emmanuel Macron este jueves ya aseguró que tal cual estaba el texto era «inaceptable» para París, pero Von der Leyen ha desoído esa negativa. Otros socios comunitarios como España o Alemania se han posicionado a favor de la luz verde.
«Es el inicio de una nueva historia», aseguró la presidenta de la Comisión Europea una vez que se dio la firma. «Este acuerdo funcionará para las personas y las empresas. Más empleos. Más opciones. Prosperidad compartida», comentó. Eso sí, hay muchos sectores como especialmente el agrario que no ven con buenos ojos el pacto porque les deja en «desigualdad de condiciones» respecto a sus homólogos de los países latinoamericanos. Esta fue una de sus quejas durante las movilizaciones de hace meses que llegaron hasta las instituciones europeas.
En cambio, la UE estima que el pacto UE-Mercosur permitirá el ahorro de unos 4.000 millones de euros en aranceles al año. Esa ausencia de tasas, además de un aumento de las inversiones, intercambio de información y homologación de las condiciones son algunos de los puntos de un acuerdo que ahora tendrá que ser discutido no solo por los Estados miembros, sino también ratificado por el Parlamento Europeo.
Francia es el país europeo que más se ha opuesto al acuerdo, y ya lo vetó en 2019. Ahora Emmanuel Macron, en un contexto de máxima incertidumbre nacional, se ha visto acorralado, pero va a buscar aliados en el Consejo para poder bloquear de nuevo. Polonia puede sumarse a su ‘equipo’, pero será clave ver qué hace Italia, que no ha tenido este asunto como una de sus prioridades en los últimos años. La idea, eso sí, es poder esquivar la unanimidad entre los países tratando de ‘ensanchar’ los Tratados.
Los agricultores españoles han salido rápido al paso del anuncio, mostrando su descontento. Desde COPA-Cogeca, el sector fue rotundo y siguió la línea marcada recientemente. «No aceptaremos un acuerdo con Mercosur que haga la vista gorda ante las principales preocupaciones de los agricultores y ganaderos sobre la divergencia de las normas de producción. Los agricultores y ganaderos europeos no respaldaremos nunca un acuerdo comercial que carezca de armonía y que sea perjudicial para el medio ambiente, para nuestra soberanía alimentaria y para el medio rural», resumen, y piden mayor «protección» para un sector que es «estratégico». Esa falta de «salvaguardas» para los agricultores europeos fue el motivo principal para que Francia junto con Irlanda se negasen a rubricar el pacto hace cinco años.
Es el logro más importante de la política comercial de España y de la Unión en los últimos años «Exigimos que haya un compromiso obligatorio para los países del Mercosur sobre las normas relacionadas con el bienestar animal, el uso de medicamentos en la producción animal, el clima, el tratamiento químico y demás normas medioambientales», concluye el sector que, en principio, se verá compensado por Bruselas para «compensar» las posibles consecuencias del acuerdo.
Y es que, por otro lado, para la UE este pacto tiene un claro componente geoestratégico; va más allá de lo puramente comercial. El acercamiento a América Latina fue un elemento de primer orden durante la presidencia española del Consejo el pasado año, y la Unión quiere aumentar su influencia en esa parte del mundo, en competencia con China a nivel de inversiones, apuesta por nuevas tecnologías, acuerdos relacionados con el clima, las materias raras o el desarrollo de infraestructuras. De hecho, como aperitivo a este acuerdo la UE ha ido cerrando otros bilaterales con países como Chile o Bolivia.
Desde el punto de vista del Parlamento Europeo, el texto tiene que pasar en último término por el pleno, pero antes será estudiado y votado por las comisiones de Asuntos Exteriores y de Comercio, tal como ha explicado en redes sociales la actual portavoz de la institución, Delphine Colard, junto con un comunicado de los eurodiputados. El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores, David McAllister, la presidenta de la Delegación para las Relaciones con Mercosur, Evelyn Regner y el ponente permanente de la Comisión de Asuntos Exteriores para Mercosur, Francisco Millán Mon, valoraron positivamente el acuerdo, a la espera de los próximos pasos. «Acogemos con satisfacción la conclusión de las negociaciones sobre el Acuerdo de Asociación UE-Mercosur, que marca un hito significativo en el avance de la cooperación interregional entre la Unión Europea y Mercosur. Además, subraya el compromiso compartido de ambas regiones de fomentar lazos políticos, económicos y sociales más estrechos, abordando al mismo tiempo retos globales apremiantes como el cambio climático, el desarrollo sostenible y el reajuste geopolítico», expresaron, al tiempo que avisaron de que la Eurocámara analizará con detalle los puntos más complejos del documento.
En el capítulo de reacciones por parte de Mercosur Peña (Paraguay) ha dicho en la reunión que «no estaba satisfecho, pero estaba entusiasmado», mientras que Inácio Lula da Silva (Brasil) lo ha considerado un «día histórico» y Javier Milei (Argentina) ha apuntado la «trascendencia e importancia» del convenio.