Prada, con sede en Milán, y Capri podrían cerrar el acuerdo por la casa de moda italiana este mes, dijeron estas fuentes, que pidieron no ser identificadas porque las discusiones son privadas. Las negociaciones avanzan después de que la debida diligencia inicial no encontrara riesgos, agregaron.
El momento y la valoración podrían cambiar, y las negociaciones aún podrían fracasar, advirtieron las fuentes. Capri, que compró Versace en 2018 por unos 1.800 millones de euros, no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios el domingo. Prada también declinó hacer comentarios. La posible adquisición de la casa de moda fundada por el fallecido diseñador Gianni Versace en 1978 permitiría a Prada crear un jugador italiano más fuerte para competir mejor con los gigantes del lujo global, como LVMH y Kering. Esta compra revertiría una tendencia de décadas en la que grupos de moda italianos, como Gucci y Valentino, han sido adquiridos por competidores extranjeros.
La compañía italiana pasó semanas evaluando Versace con sus asesores, obteniendo acceso exclusivo a sus cifras financieras y de ventas, según informó Bloomberg News en febrero, citando fuentes cercanas al proceso. Las estéticas de la minimalista Prada y la «maximalista» Versace son polos opuestos y no correrían el riesgo de canibalización, señalaron los analistas de UBS en una nota.
La casa de moda tiene una capitalización de mercado de aproximadamente 22.500 millones de dólares, tras una subida del 14% en sus acciones desde el inicio del año. La familia de Miuccia Prada y su esposo, Patrizio Bertelli, controlan alrededor del 80% de la empresa.
Versace reportó ingresos de 193 millones de dólares en el tercer trimestre del año fiscal en curso, lo que representa una caída interanual del 15%, según un comunicado. En el mismo período, la pérdida operativa de la marca se amplió a 21 millones de dólares desde los 14 millones anteriores. Capri, que también es propietaria de Michael Kors, contrató a Barclays para explorar opciones para algunas de sus compañías después de que una fusión de 8.500 millones de dólares con Tapestry fuera cancelada por orden judicial. La deuda de Capri fue degradada a nivel de bono basura por S&P Global en febrero.