Según este informe, nuestro país afronta el final de 2025 en un contexto global de incertidumbre y conflictos internacionales que está afectando a la economía mundial. Pero, a pesar de este escenario, las previsiones de la Unión Europea señalan a España como una de las economías que más crecerán dentro de la zona euro.
El optimismo que exhibe la UE sobre la evolución de nuestra economía contrasta con la actitud continuista de las empresas encuestadas. Así, un 85,94% de las compañías consultadas opina que acabaremos 2025 igual o peor de lo que lo empezamos (46,88% cree que la evolución será peor y 39,06% piensa que similar a la vivida en 2024). Solo el 14,06% de los encuestados confía en que las cosas irán a mejor en el último trimestre del año.
El escenario global al que se enfrentan es motivo de gran preocupación entre las compañías de nuestro país. Un 67,19% teme que el incremento de los costes en general pueda llegar a suponer un grave peligro para la continuidad de su compañía (percepción que crece 1,7 p.p. interanuales), seguido del crecimiento del absentismo laboral, con un 57,81% (se incrementa 28,4 p.p. en solo un año). Además, la adaptación a la posible reducción de la jornada laboral a 37,5 horas (en debate en el momento de realizar la encuesta) también es vista como un riesgo para el 53,13% de los consultados.
La llamada crisis de talento (falta de perfiles acordes con las necesidades, rotación laboral…), baja de la segunda posición a la cuarta con un 46,88% (-9,6 p.p.). Otros motivos de preocupación de las compañías encuestadas son la inflación y la crisis energética, posibles nuevos conflictos geopolíticos, que el consumo se estanque, cambios en los hábitos de consumo de los clientes, el cese de su actividad, la necesidad de una reestructuración empresarial o el endeudamiento extremo.
A pesar de estos problemas, un 46,88% de las empresas participantes se plantea realizar nuevas contrataciones durante la última parte de 2025 (5,7 puntos porcentuales más que en el mismo periodo de 2024). Un 43,75% dice que mantendrá su plantilla tal y como está ahora, el 4,69% de las compañías consultadas declara que hará despidos, un 3,13% dice que solicitará ampliar/entrar en ERE o en ERTE y el 1,56% restante asegura que hará recortes salariales, para evitar despidos.
Las nuevas contrataciones se realizarán de forma prioritaria en las áreas de: ingeniería y producción (53,33%), comercial y ventas (33,33%), tecnología, informática y telecomunicaciones (30%), y compras, logística y transporte (30%).
Los profesionales españoles con empleo se muestran menos optimistas que en años anteriores. Si bien un 58,61% no teme quedarse sin empleo en los próximos meses (-1,94 p.p.), el 43,96% de los consultados cree que el mercado laboral evolucionará peor a finales de 2025 (+16,67 p.p. interanuales). Un 38,46% piensa que no se van a producir grandes cambios durante el último trimestre de 2025 y solo el 17,58% restante está convencido de que el empleo evolucionará a mejor.
Una visión que también comparten las personas encuestadas que todavía están desempleadas. Un 45,6% de los profesionales que buscan trabajo piensa que tendrá pocas o ninguna posibilidad de encontrar empleo (+14,97 p.p.) hasta que acabe el año, frente a un 40,63% que confía en que habrá algunas posibilidades. Tan solo el 13,86% se muestra optimista y cree que contará con muchas oportunidades para encontrar trabajo sin problema.
Para un 57,87% de los desempleados consultados, la edad (son mayores de 50 años) sigue siendo el principal obstáculo al que tienen que enfrentarse (porcentaje que prácticamente se ha duplicado desde 2020). El 25,07% piensa que las empresas no buscan perfiles como el suyo y un 21,07% cree que hay mucha competencia por un mismo puesto de trabajo. La falta de contactos y/o experiencia, el estado general de la economía, la automatización de procesos y funciones (que deriva en menos puestos de trabajo), la falta de formación, la negativa a la movilidad geográfica asociada a problemas para encontrar vivienda o las responsabilidades familiares están también entre los obstáculos que los desempleados creen tener.
Durante 2025 las empresas españolas han seguido experimentando importantes avances y ajustes en sus políticas de RSE, diversidad e inclusión, impulsadas tanto por nuevas regulaciones a nivel europeo y nacional como por la creciente conciencia social. En los primeros meses de 2025, el Parlamento español publicó el proyecto de ley de trasposición de la CSRD, la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa de la Unión Europea, que impone a las empresas mayores exigencias no solo en aspectos ambientales, sino también sociales y de gobernanza.
Pero a pesar de estas nuevas exigencias normativas, un 65,63% de las empresas consultadas afirma que todavía no ha implementado políticas de RSE y sostenibilidad en el último año. Entre las que sí disponen de estas medidas, la mayoría siguen estando relacionadas con el medioambiente: un 87% dice haber adoptado medidas para el uso responsable de los recursos y para reducir la huella energética (crece más de 17 puntos interanuales), y 8 de cada 10 hablan de acciones relacionadas con el uso de energías renovables o de reducción de la contaminación (mejora más de 30 puntos).
Además, la mitad dice contar ya con medidas de conciliación reales, un 26,32% con programas sociales de integración en el empleo, un 23,68% organiza actividades solidarias y/o programas de voluntariado, y el 7,89% ha diseñado medidas para fomentar la cooperación al desarrollo en todos los sectores. Por último, otro 7,89% ha rediseñado productos a través de la experiencia de proveedores, clientes y usuarios.
A pesar de los crecientes esfuerzos de las compañías por mejorar su impacto en el entorno, un 71,88% de las consultadas todavía no ha implementado ninguna media de empleo sostenible (aunque la variable mejora 9 p.p. interanuales). El concepto de empleo sostenible hace referencia aquí a la creación de puestos de trabajo que no solo generan ingresos y oportunidades económicas, sino que también tienen un impacto positivo en la sociedad y en el medioambiente. El empleo sostenible está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, especialmente el ODS 8, que promueve el crecimiento económico sostenido, inclusive y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos.
Entre las compañías que sí han adoptado medidas para un empleo más sostenible, 2 de cada 3 han realizado más contratos indefinidos, el 44,4% dice promover empleo de calidad, otro 44,4% ha implementado nuevas medidas de equidad, diversidad e inclusión, un 38,89 apuesta por capacitar mejor sus empleados, un 22,22% dice que ha realizado ajustes salariales al alza y otro 11,11% ha introducido nuevas posiciones más accesibles en la empresa.
Al 78,5% de los trabajadores consultados les gustaría que su empresa llevase a cabo políticas de inclusión y diversidad. Incluso el 42,86% considera que sería un factor decisivo para la retención de talento en la compañía. A otro 46,52% le agrada la idea, pero no la considera primordial y el restante 10,62% cree que estas medidas no son importantes. Las medidas de RSE que siguen considerando más importantes los trabajadores de entre las que ofrece su compañía son las relacionadas con el medioambiente y con la conciliación:
En comparación con ediciones anteriores aumenta notablemente el interés por el cuidado del medioambiente, los programas sociales de integración y por las actividades de voluntariado.
Del lado de las personas en búsqueda de empleo, el 82,13% considera importante que su futura empresa lleve a cabo políticas de RSE. Aunque hay diferentes grados: un 53,07% considera que estas medidas no son primordiales a la hora de aceptar un empleo, el 20,53% cree que sí y el resto valora otras propuestas antes (políticas salariales, funciones del puesto, etc.).
Entre los desempleados, las medidas de RSE más importantes y que les gustaría tener en sus futuras empresas son los programas sociales de integración en el empleo (32,79%), el uso de energías renovables (24,68%) y medidas de conciliación (16,88%).
