Y todo ello partiendo de la realidad incuestionable de que este equipo de gobierno no ha logrado aprobar ningún proyecto de ley de presupuestos en la presente legislatura, y que para hacerlo ha de convencer a unos socios que están hartos de engaños, medio mentras y dilaciones de todo tipo, incluidas las involuntarias, pero que no dejan de representar promesas a cambio de votos de investidura en Madrid y Barcelona.
En ese contexto y en su balance pre-veraniego Sánchez aseguró que esta vez sí que presentarán el proyecto de ley presupuestario, y nada más comenzar septiembre ha ratificado esa promesa, y su vicepresidenta y ministra de Hacienda, Montero, ha certificado que se llevará al Congreso y se votará. Otra cosa distinta es que se aprueben y ahí es donde empiezan los problemas, porque de momento sus socios independentistas no parecen estar por la labor.
Junts puede votar o hacer cualquier cosa, toda estará en función de si Illa es capaz de engañar a Puigdemont y convencerle de que Conde Pumpido lograra su regreso a Cataluña antes de abandonar el TC.
Por otra parte, los mensajes de ERC de que no cuenten con ellos si antes no se cumple todo lo pactado previamente. pone el listón muy alto. Finalmente, los crecientes mensajes hostiles de Podemos hacia el Gobierno, hacen reconocer que la tarea no es fácil.
Pero Sánchez, una vez mas, no tirará la toalla. De entrada , en eel primer Consejo del curso 25/26 se aprobó el anteproyecto de condonación de deuda autonómica inicialmente pactada con ERC para Cataluña y que se ha extendido a todas las comunidades, con el rechazo total del líder del PP y de los barones territoriales populares.
Es decir, el Gobierno va a por todas y en esa misma línea hay que interpretar la visita de Illa a Puigdemont en Bruselas. Desde ambas partes y también desde el Gobierno se negó que fuera una cita para hablar de presupuestos ni de ninguna otra iniciativa legislativa que tenga que negociarse con Junts.
Si usted se lo cree, yo tampoco