El primer dato que señalan es que la votación parlamentaria en la que se votaría la senda de déficit y deuda de las Administraciones, es decir, el paso previo y absolutamente necesario para elaborar las Cuentas de 2026, no podría celebrarse, en las condiciones actuales, hasta principios de noviembre.
Y todo ello sin saber con que apoyos se cuenta.
Como se recuerda a finales de julio, el Gobierno manifestó su intención de presentar el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2026. Y marcó septiembre como mes del inicio de la tramitación, cuando la realidad es que este ,es que empieza en unos días, es precisamente en el que todo el proceso debe estar finalizado para la entrada del proyecto de ley en el Congreso, según establece la Constitución.
De entrada, es necesario que la ministra firme una orden ministerial con las normas y líneas maestras que deben cumplir los Presupuestos. Esta orden tiene que contar con un informe del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), que se reúne siempre en julio. Este año todavía no hay fecha para su celebración y las comunidades autónomas no han recibido ninguna convocatoria.
Después, el Consejo de Ministros debe aprobar el techo de gasto no financiero, que permite cumplir la senda fiscal, y remitirlo al Congreso, donde se aprueba o no. Y recuérdese .
El año pasado, como no salió adelante por falta de apoyos a la primera, el Gobierno volvió a intentarlo meses después. Si este año ocurre lo mismo, correría todavía más el reloj. La posibilidad de presentar techo de gasto y proyecto de ley de presupuestos a la vez para ahorrar tiempo no está permitida por la ley, como tampoco prorrogar el techo de gasto y senda fiscal del ejercicio anterior. Además, hay que tener en cuenta que esta fijación del gasto tiene que contar con informes del Banco de España y de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef).
En el supuesto de que se supere la aprobación parlamentaria del techo de gasto, entonces hay que debatir en pleno y comisiones el proyecto de Presupuestos, casi enmienda por enmienda.
Y las negociaciones con los socios se presentan como otro escollo que complica y retrasa todo el camino. Solo Bildu se ha mostrado dispuesto a apoyar el proyecto de ley sin negociar. El resto pone condiciones y algunas de mucho nivel.
En este punto de discusión los teóricos socios del Gobierno han sacado sus cañones y esperan a Sánchez con las mechas a punto y no parecen dispuestos a transigió mucho mas tiempo sino se les conceden todas sus peticiones, así que solo habrá que esperar y ver.