Aunque hemos rechazado reiteradamente este escenario, argumentando que el enfriamiento de los precios de la vivienda y de los servicios no vinculados a la vivienda compensa los aumentos puntuales en los bienes afectados por los aranceles, estos argumentos no han terminado de calar.
Sin embargo, en el último mes las expectativas de inflación a un año han retrocedido con fuerza: medio punto porcentual, del 3,1 % al 2,6 %. Los dos últimos recortes de tipos del FOMC han respondido a un cambio en el equilibrio de riesgos, que ha pasado de centrarse en la inflación a priorizar el deterioro del mercado laboral, a medida que se moderaba el crecimiento de las nóminas.
Consideramos que el reciente descenso de las expectativas de inflación desde la última reunión reduce los riesgos de presiones al alza sobre los precios. Por ello, las señales de debilidad en el mercado laboral siguen respaldando nuestra opinión de que la Reserva Federal debería continuar recortando los tipos
