En efecto, los últimos PMI manufactureros conocidos se situaron por debajo del nivel 50 en Francia, Alemania, Japón y Reino Unido, lo que indica una contracción de la actividad en todos estos países, y que las lecturas de los servicios han sido más erráticas últimamente, aunque con mayor frecuencia en territorio expansionista. Los datos de abril podrían dar a los inversores una idea de cómo la imposición de aranceles generalizados está afectando a la actividad de nuevos pedidos, al empleo y a los precios pagados, entre otros factores.
Por otra parte, en los datos de ventas minoristas de Reino Unido que se difundirán dos días después, habrá que estar atento a las señales de cómo los consumidores están sopesando las tensiones comerciales frente a los datos alentadores sobre la inflación y la economía de las últimas semanas en el país.
En relación a las negociaciones comerciales que seguirán su curso uno de los principales retos es la ausencia de un conjunto claro de demandas por parte de EEUU. Esta falta de claridad podría formar parte de una estrategia estadounidense para obligar a sus socios comerciales a ofrecer lo máximo posible, pero también es probable que complique y alargue cualquier proceso de negociación. Es de esperar que la Administración estadounidense esté ansiosa por cerrar algunos acuerdos iniciales para calmar los mercados y demostrar sus victorias políticas.
El anuncio la semana pasada de exenciones globales de los aranceles para algunos productos electrónicos de consumo (teléfonos inteligentes, ordenadores y equipos relacionados) podría ser un anticipo de lo que está por venir si la Administración estadounidense teme que se produzcan aumentos considerables de los precios de los productos para los que no existen sustitutos fácilmente disponibles a precios más bajos. A 16 de abril, el arancel medio ponderado efectivo sobre las importaciones de bienes a EEUU se situaba en torno al 28%, según el Yale Budget Lab, y con unos aranceles tan elevados sobre las importaciones de bienes procedentes de China, es muy probable que las empresas y los consumidores busquen fuentes alternativas para estos productos o dejen de comprarlos por completo en la medida en que sean discrecionales. Como resultado de la sustitución y la destrucción de la demanda, el Yale Budget Lab estima que el tipo arancelario efectivo a largo plazo (utilizando los aranceles actuales pero con diferentes fuentes de abastecimiento) podría reducirse en 10 puntos porcentuales, hasta situarse en torno al 18%, explica.
Las ventas minoristas de EEUU, que en marzo fueron más sólidas de lo esperado, según se conoció la semana pasada, puede debilitarse en los próximos meses, a medida que los aumentos de precios provocados por los aranceles comiencen a afectar al consumo.
China
También sorprendieron positivamente los últimos datos macroeconómicos de China: las exportaciones aumentaron un 12,4% interanual en marzo, frente al descenso del 3,0% del mes anterior y a las previsiones consensuadas, que apuntaban a un crecimiento del 4,6%; las ventas minoristas se aceleraron hasta el 4,6 % en lo que va de año en términos interanuales; y el PIB se incrementó un imprevisto 5,4%. Aunque las cifras mejores de lo esperado son alentadoras, es probable que parte de la sorpresa al alza del PIB, las exportaciones y la producción industrial se deba a la anticipación de pedidos de clientes estadounidenses que tratan de evitar los aranceles. Es probable que el crecimiento se desacelere considerablemente en el segundo trimestre, ya que los aranceles estadounidenses reducirán drásticamente la demanda de exportaciones, lo que provocará un debilitamiento de la producción industrial.
Europa
Una vez que el BCE cumplió con lo previsto recortando los tipos de interés en 25 puntos básicos, es probable que el organismo que preside Christine Lagarde los baje dos o tres veces más en 2025, a medida que la inflación se ralentice aún más y los aranceles estadounidenses reduzcan la actividad económica europea. El factor decisivo entre dos y tres recortes de tipos probablemente será el nivel y el alcance de los aranceles estadounidenses impuestos a las exportaciones de productos europeos y el impacto resultante en la confianza de las empresas y los consumidores. Mi hipótesis optimista es que Europa acabará incluida en el arancel universal del 10% que seguirá vigente mucho después de que finalice la pausa de 90 días en los aranceles recíprocos. En una hipótesis pesimista, Europa estaría sujeta a un arancel del 20%, con aranceles sectoriales que en algunos casos elevarían ese tipo hasta el 25%. En cualquier caso, la previsión consensuada de crecimiento para 2025, del 0,8% del PIB real en el conjunto de la zona euro, parece demasiado optimista.
Es mas, sostiene que el reto para el BCE será determinar si subir los tipos en 2026, cuando el fuerte aumento del gasto en defensa e infraestructuras en Alemania (muy por encima de los 100.000 millones de euros al año) y el incremento del gasto militar en otros países de la UE empiecen a impulsar el crecimiento de forma significativa. La hipótesis de trabajo es que el BCE mantendrá los tipos en niveles acomodaticios (por debajo del 1,75%-2% que considera neutral) durante el mayor tiempo posible para ayudar a acelerar el crecimiento, siempre y cuando la inflación se mantenga bajo control.
finalmente la inflación de Reino Unido, inferior a lo esperado en marzo seguirá disminuyendo, pero las perspectivas sobre su evolución en este país son más inciertas, dado el fuerte crecimiento de los salarios y la persistente inflación de los servicios. Con todo, este mes se ha registrado un avance positivo que debería permitir al Banco de Inglaterra continuar con su política de flexibilización, concluye.