En esta huida, el primero en abandonar el barco ha sido Romero-Abreu, que vertebraba la mayor parte de su participación a través de la sociedad Global Alconaba junto con otros empresarios, y que ha vendido a título individual más de 3,5 millones de acciones del grupo.
Global Alconaba, una firma encabezada por Andrés Varela, uno de los fundadores de Globomedia, y que tenía hasta ahora el 7,6% del capital de Prisa, es uno miembros del grupo de accionistas críticos frente al actual presidente. Liderados por el anterior director de Contenidos y hombre de confianza de Moncloa, Contreras, en este grupo están también Utor, dueño de Balearia, que tenía otro 5,4%, y Prieto, fundador y presidente del Grupo SSG, compañía dedicada al transporte sanitario, con otro 3,1%. Todos ellos han quedado diluidos, sin embargo, tras la decisión de Oughourlian de llevar a cabo una ampliación de capital acelerada por 40 millones de euros, lo que le ha permitido dar entrada a nuevos socios.
Apenas un día después de materializar la ampliación de capital, el presidente de la editora de El País y la Cadena Ser solicitó sin embargo la conversión del algo más del 5% de las obligaciones subordinadas emitidas en febrero de 2023 en acciones ordinarias, con lo que ha vuelto a recuperar su participación en el accionariado hasta el entorno del 30%. De forma paralela, pretende reducir el consejo de administración del grupo hasta alcanzar los 11 miembros con el objetivo de que los accionistas españoles, donde se encuentra enmarcado Global Alconaba, no tengan margen de maniobra. Este grupo de hecho puede perder a su representante si su participación baja del 7% tras la dilución provocada por la ampliación de capital que ejecutó el presidente.
El presidente de Prisa cuenta tras las últimas operaciones llevadas a cabo por el apoyo de alrededor del 46% del capital, por lo que, en principio, no necesitaría ni siquiera el apoyo de Vivendi, que de forma previa a la ampliación tenía un 11%, para garantizar su continuidad al frente de la compañía.