El estudio analiza el comportamiento de las pymes, haciendo énfasis en las medianas, desde la crisis del 2008 hasta los años más actuales y estudia aspectos como la rentabilidad generada, la distribución por sexos de la titularidad empresarial, la productividad generada y la rotación empresarial.
Todos estos aspectos se comparan con nuestros homólogos europeos. Y la conclusión es que la clave es la productividad, terreno en el que España está lejos respecto de sus homólogos europeos, hasta un 20% por debajo de la media europea, y un 30% por debajo si se compara con Alemania. En todos los grandes sectores en los que las empresas pequeñas y medianas operan, estamos por debajo, especialmente en la construcción.
Berges, presidente de la Fundación Afi Emilio Ontiveros y director y autor del estudio, da algunas claves para mejorar la productividad del sector empresarial: «Incorporar más tecnología, más capacitación del personal y también mejoras retributivas. Si no hay mejora de productividad, pues no se puede pagar más y viceversa, son como el huevo y la gallina». A todo ello añade que un detalle que suele pasar desapercibido, es él la simple mejora de la relación empresa-trabajador, bajo el precepto de que un empleado motivado es más productivo». «Eso es lo primero por lo que hay que empezar desde ambas partes».
Últimamente, se repite un mantra de forma constante: España tiene un entorno fiscal, contable y regulatorio que no lo hace atractivo. Esto, dicen, frena el crecimiento empresarial, especialmente el de las pequeñas y medianas empresas.
Es cierto que en España tenemos una alta rotación, ya que más de la mitad no llega a los 5 años de supervivencia. Pese a ello, los márgenes empresariales sí que están mejorando, teniendo en cuenta que el punto de comparación del que venimos con la crisis del 2008 es muy bajo. Tal está siendo la mejora, que nos estamos acercando a nuestros países vecinos, superando incluso los niveles de Francia.
Con estos datos, ese discurso en contra de nuestro panorama regulatorio queda algo diluido: «Ese marco no es real», señala Manzano, patrono de la Fundación Afi Emilio Ontiveros y coautor del estudio, aunque hay aspectos a mejorar, las empresas medianas tienen una base desde la que crecer en España, aunque hay cosas a mejorar: «Esos frenos que a veces se exhiben de que hay mayores requerimientos contables, laborales y fiscales que impiden el crecimiento, bueno, pues hay un montón de empresas a las que no se les ha impedido», concluye Berges.
Tales son los márgenes de rentabilidad que las empresas han aprovechado los mayores excedentes generados para reinvertirlos en la propia compañía. El peso de los recursos propios sobre el activo total ha pasado del 25% en 2008 a casi un 50% en 2023.
Desde el Ministerio de Economía discrepan, en parte, del análisis de la Fundación Afi Emilio Ontiveros en el que se ve un tejido empresarial y productivo no muy distinto al de nuestros socios europeos. «La razón principal de esa brecha de productividad es que la estructura empresarial en España es distinta a la de otros países europeos. Nosotros detectamos que se corregirían 9,5 puntos de la brecha del 15% en productividad si nuestro país tuviera la misma estructura sectorial que el conjunto de la UE. Este análisis nos hace ver que el tamaño de las empresas es menos importante, y que solo se corregirían 4,5 puntos de la diferencia de productividad si, dentro de cada sector, las empresas españolas tuvieran el mismo tamaño de las del conjunto de la UE», señala sobre este informe el Secretario de Estado de Economía, Arroyo.
