Que una votación tan trascendente arroje un resultado tan ajustado es el reflejo de lo que pasa y piensa la calle, puesto que de otra manera los parlamentarios responderían a otras siglas y comportamiento.
Por si eso fuera poco, la tensión vivida a lo largo dela votación ha sido todo un espectáculo de lo que sucede en calles y familias en las que los unos y los otros ni se hablan porque sus convicciones política lo imposibilitan, llegándose incluso al insulto como han hecho hoy sus señorías.
El espectáculo está servido y eso le permite al estratega de La Moncloa poner en marcha su discurso de ataque permanente a la otra mitad de españoles que le pueden echar de su lujoso palacio.
Porque no nos olvidemos lo único que le preocupa es eso ocupar el poder y disfrutarlo el mayor tiempo posible y hoy por hoy, los únicos que le pueden amargar ese logro, esa Victoria son los jueces.
De ahí su obsesión con el CGPJ y el TS, puesto que la Fiscalía y el TC ya están bajo su mando. Así que una vez que pasen las elecciones europeas y todo esto entre en una nueva fase pre-veraniega veremos cómo los acosos y ataques contra los togados rebeldes a sus deseos entran en una fase de aceleración en busca de la sumisión total de los tres poderes a sus deseos.
Solo si los jueces logran frenar la aplicación de la ley de amnistía y por ello pierde el apoyo de Puigdemont y sus siete votos vitales con las consecuencias que ello pueda tener se produciría alguna novedad política, que de otra manera es imposible que se produzca salvo extraña catástrofe o situación de nuevo cuño.