En esta ocasión, los aliados del Gobierno se han desmarcado de PSOE y Sumar y han permitido aprobar dos puntos de una moción del PP sobre Renfe y el transporte ferroviario.
En concreto, el Congreso ha aprobado este jueves, pese al voto en contra del Gobierno, una propuesta del PP con la que exige a Renfe recuperar las indemnizaciones por retrasos del AVE de 15 y 30 minutos. Ha salido adelante con el apoyo de Podemos, ERC y BNG, además de Vox y UPN, y con la abstención de Coalición Canaria, Junts, PNV y Bildu.
La segunda derrota del día ha llegado en el tercer punto de esa moción, apoyado por PP, Vox, UPN y Podemos, que emplaza al ministro de Transportes, Puente, a afrontar el «permanente caos ferroviario» ante «la gravedad de las incidencias y por el talante del ministro». El Gobierno ha visto perder la votación mientras otros aliados del Gobierno, como Junts o ERC, se negaban a apoyarle y optaban por la abstención.
El Gobierno de coalición se enfrentó a su primera derrota parlamentaria el 10 de enero de 2024, cuando Podemos tumbó el decreto ley redactado por el ministerio de Yolanda Díaz que incluía una reforma del subsidio por desempleo.
Y tres semanas después llegó la segunda. En esa ocasión fue Junts la que rechazó la proposición de Ley de Amnistía en la votación de conjunto a la que se sometió por tener carácter orgánico. Los de Míriam Nogueras votaron en contra impidiendo que se alcanzaran lo 176 votos necesarios y el texto regresó a la Comisión de Justicia.
El 29 de febrero el Pleno aprobó la reprobación del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, por la muerte de dos guardias civiles en el puerto de Barbate (Cádiz) al ser arrollados por una narcolancha. La censura política, promovida por el PP y apoyada por Vox, salió adelante al abstenerse Podemos y Junts, dos socios habituales del Gobierno de coalición.
Y el 14 de marzo la oposición ganó la primera votación del llamado ‘caso Koldo’ sacando adelante una moción del PP exigiendo al Gobierno la depuración de responsabilidades y reclamando más auditorías y más documentación sobre contratos en pandemia, La iniciativa salió adelante porque ERC y Junts optaron por la abstención y abandonaron el frente del ‘no’ que lideraba PSOE y Sumar.
En el primer Pleno del mes de abril el Gobierno sufrió una nueva derrota y vio cómo se aprobaba, pese a su voto en contra, una iniciativa del PP exigiendo la deflactación del IRPF para compensar la subida de la inflación, un texto que salió adelante gracias a la abstención de Junts, PNV y BNG.
Y el 23 de abril, el PSOE y Sumar no pudieron impedir que el Congreso tomara en consideración una proposición de ley del PP para relajar la protección al lobo ibérico, y es que los ‘populares’ sumaron a Vox, Junts y PNV, mientras que Bildu optó por la abstención.
Un mes después, en la sesión plenaria que duró del 21 al 23 de mayo, el PSOE sumó seis nuevas derrotas y retiró el debate de totalidad de la reforma de la Ley de Suelo precisamente porque no tenía apoyos suficientes para sacarla adelante. Tanto ERC, como Junts y Podemos había registrado enmiendas de totalidad, que iban a contar con el apoyo de Sumar y Bildu. Ante la falta de respaldo del PP y para evitar una nueva derrota, el Ministerio de Vivienda retiró su proyecto de ley.
El 21 de mayo, los socialistas ya vieron cómo se rechazaba su proposición de ley contra el proxenetismo, que sólo recabó apoyos en el Grupo Mixto –del BNG, Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y el exministro José Luis Ábalos–. El resto de sus socios, incluido Sumar, votaron en contra, igual que el PP, mientras que Vox optó por la abstención. Esta era la primera vez en la legislatura que caía una ley impulsada por el Grupo Socialista.
Y dos días después, en las votaciones del día 23 de mayo, el PSOE sumó otras cinco derrotas, hasta hora su peor marca en un solo día: dos en sendos puntos de una proposición no de ley del PP sobre el acceso a alimentos básicos y las otras tres en una moción, también de los ‘populares’, sobre política exterior.
A la semana siguiente, el 30 de mayo, el Gobierno de coalición sufrió otras dos derrotas, hasta ahora las últimas, y en ambos casos por no contar con el apoyo de Junts y PNV. En concreto, PSOE y Sumar vieron cómo se rechazaba una iniciativa del grupo plurinacional para proporcionar más información económica a los sindicatos a la hora de negociar convenios colectivos, y también perdieron el primer punto de una moción del PP sobre políticas de juventud, instando en concreto al Gobierno a aplicar exenciones fiscales a los menores de 34 años en los primeros años de su vida laboral.
El 20 de junio, salieron adelante, pese al rechazo del PSOE, los siete puntos de una proposición no de ley del PP sobre el Sáhara Occidental y las relaciones con Marruecos, superando así su récord de cinco derrotas en un día que estaba vigente desde mayo.
Y una semana después, el 27 de junio, el PSOE perdió siete votaciones. En concreto, los de Alberto Núñez Feijóo consiguieron que se diera luz verde a una proposición no de ley en la que exigía dotar de más profesionales sanitarios de atención primaria al Sistema Nacional de Salud este verano, un texto que ha salió adelante gracias al apoyo de PP, Vox, PNV y UPN y la abstención de ERC, Podemos y CC.
Y después los grupos del Gobierno vieron como se aprobaban, pese a su voto en contra, seis puntos de una moción del PP sobre diversos asuntos relativos al control parlamentario, el cumplimiento de los mandatos de la Cámara y el respeto a la función legislativa del Congreso. Asimismo, durante los cuatro plenos extraordinarios que se celebraron el pasado mes de julio, los socialistas no pudieron impedir que se aprobaran dos enmiendas del Senado a la Ley de Paridad, y sufrieron también otras dos derrotas más severas, pues se tumbó su proposición para reformar la Ley de Extranjería y los objetivos de déficit.
El nuevo curso parlamentario arrancó en septiembre con el PSOE perdiendo nuevas votaciones. En concreto fueron derrotados al no poder evitar que el Pleno respaldase una iniciativa del PP para el reconocimiento de Edmundo González como presidente electo de Venezuela, a la que se sumó el PNV, y que se rechazase una iniciativa de ERC sobre reducción del tiempo de trabajo que el PSOE había respaldado.
Y la última derrota fue el pasado 17 de septiembre cuando Junts se sumó al PP, Vox y UPN para impedir la tramitación de una iniciativa legislativa impulsada Sumar, ERC, Bildu, Podemos y BNG, y apoyada por el PSOE con la que se pretendían modificar la Ley de Arrendamientos Urbanos y limitar el alquiler de temporada y habitaciones.