Tanto el Ejecutivo regional como el nacional han recibido ya la propuesta de Jainaga, que aspira a adquirir hasta un 29,9% del capital para no tener que lanzar una opa. La mayoría del capital de Talgo está en manos de la empresa instrumental Pegaso Transportation, creada por los fondos Trilantic, MCH (que vendió su participación en 2019) y las familias Oriol y Abelló (con su family office Torreal) para ejecutar la salida a bolsa de la compañía en 2015. Todos ellos comparten un 40,03% del capital y estaban vinculados por un pacto parasocial que obligaba a vender en bloque su participación.
En estos momentos los socios parecen asumir que la única salida pasa por acometer la venta por separado de sus participaciones, un interés compartido por Trilantic y los Abelló, y que no han revelado los Oriol. Esto abrió la puerta a un escenario en que aproximadamente un 32,5% de la compañía, participación en manos de Trilantic y Torreal, pueda cambiar de manos. El Gobierno Vasco fue el primero en mover ficha y reconoció su interés en tomar una participación de hasta un 10% del capital, lo que supondría un desembolso que superaría los 40 millones de euros públicos. A la aportación de la Hacienda regional se sumaría la Estatal, que asumiría a través de la SEPI otra participación simbólica para apoyar financieramente al fabricante de trenes, catalogado como «estratégico» por el Gobierno dada su condición de mantenedor de la flota de Renfe.
Si ejecuta su entrada en Talgo, será la tercera compañía en la que intervendrá Moncloa desde la llegada al poder de Pedro Sánchez en 2018 para condicionar su accionariado, tras Telefónica —donde posee un 10% para frenar la entrada de la saudí STC— y la tecnológica Indra, cuya presencia se extiende al 28% del capital.
A ambos fondos públicos habría que sumar el interés privado de Jainaga, que según publicó El Correo, estaría interesado en tomar hasta un 29,9% del capital, una operación valorada en unos 120 millones de euros a precio de mercado. Desde el entorno del presidente de Sidenor se desliza que no es habitual que acometa grandes operaciones de ese estilo, pese a que en 2023 hizo público que disponía de hasta 200 millones para adquirir empresas con su fondo Mirai, que sin embargo tiene como principio la toma de posiciones mayoritarias. Queda por resolver si CriteriaCaixa, el brazo inversor de La Caixa, decide finalmente participar en la operación. Desde la compañía catalana aseguran que su posición «no ha cambiado» y descartan aparecer como ‘caballero blanco’, pero abren la puerta a estudiar un proyecto que cuente con un socio industrial consolidado que ofrezca rendimientos financieros alineados con su estrategia.