Nada mas llegar a Indra, Escribano decidió seguir adelante con la operación de fusion, aunque sin descartar tampoco otras posibles alternativas. Los Escribano, propietarios de EME, son ya el segundo accionista de Indra con el 14,3% del capital, por detrás tan solo de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi), que tiene un 28%, por lo que tanto el presidente como su hermano Javier han decidido por normas de buen gobierno no participar ni en las deliberaciones ni en las posibles votaciones sobre la operación en el seno de Indra. De este modo, será el consejero delegado de Indra, José Vicente de los Mozos, quien lidere la operación, tal y como informó la cotizada al mercado a través de un hecho relevante el pasado 24 de abril.
Actualmente, Indra tiene garantizado el apoyo de prácticamente el 50% del capital para sacar adelante la fusión. Además de Escribano, cuenta con el ‘visto bueno’ de la Sepi, con un 28% de las acciones y de Joseph Oughourlian, el presidente de Prisa que aglutina otro 7,24% a través de su fondo Amber Capital. La única oposición en este momento a llevar a cabo la integración para crear un gigante de la defensa, es la compañía vasca Sapa, dueña del 8% del capital, que podría ver además ver diluida su participación por debajo del umbral del 5% si la fusión sale adelante por la propia ampliación de capital.
Más allá de los apoyos, fuentes cercanas al proyecto defienden la integración por se una de las vías que puede acelerar el crecimiento de Indra, que se ha fijado como objetivo facturar este año 5.200 millones de euros, lo que supondría un aumento del 11% respecto al ejercicio anterior. El plan estratégico, que ha sido rechazado también por Sapa, contempla alcanzar igualmente los 10.000 millones de ingresos para 2030.