El informe de inflación de abril fue “alentador”, ya que los costes de la vivienda empezaron a reflejar mejor las tendencias más moderadas de los precios observadas en los datos del sector privado, que históricamente van un año por delante del IPC y del gasto en consumo personal (PCE), por lo que podría producirse una mayor desaceleración de la inflación de la vivienda en el informe de mayo.
También habrá que estar atentos a la evolución de la presión sobre los precios de los servicios, excluida la vivienda, una variable crítica para alcanzar el objetivo de inflación de la Fed del 2% dado su peso en el IPC y en el PCE subyacentes (un 31% y más del 50%, respectivamente), que viene comportándose erráticamente en términos interanuales.
Horas después de que se desvelen estos datos, los mercados se centrarán en la actualización del Resumen de Proyecciones Económicas (SEP) y en los comentarios de Jerome Powell, presidente de la Fed, al finalizar la reunión del Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal (FOMC), “para determinar si la probabilidad de alrededor del 60% de un recorte de tipos en septiembre es adecuada”. Al final de la semana se conocerá además el índice de sentimiento de la Universidad de Michigan de junio, para el que se pronostica un repunte desde 69,1 hasta 73.
En este contexto, será importante vigilar esta semana el IPC y el índice de precios de la producción (IPP) de China en busca de señales de un mayor equilibrio entre la oferta y la demanda. Se espera que el IPC aumente hasta el 0,4% interanual desde el 0,3%, mientras que el IPP registraría su vigesimoprimer mes de deflación, con un -1,5% interanual frente al -2,5% de abril. Es importante que la inflación vuelva a ser positiva, ya que el servicio de la deuda se hace más difícil para las empresas y los hogares cuando los precios, y por tanto los ingresos, bajan. Una inflación baja y estable es el telón de fondo ideal para la sostenibilidad de la deuda y unos costes de financiación bajos.
Por otra parte, es probable que la UE aumente los aranceles sobre los vehículos eléctricos chinos en los próximos días. Se especula con un incremento desde el 10% hasta el 25%-30% con el objetivo de proteger a los fabricantes de automóviles europeos sin desencadenar represalias significativas por parte de Pekín.
Últimas referencias clave
De la reunión del BCE de la semana pasada en la que se confirmó la esperada bajada de tipos de 25 puntos básicos, hay que destacar que las previsiones de inflación de los expertos del organismo para 2024 y 2025 se revisaron al alza en 20 puntos básicos, hasta el 2,5% y el 2,2%, respectivamente, lo que sugiere una política de relajación monetaria más lenta. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, indicó claramente que es probable que el próximo cambio de política sea una flexibilización, pero no dio ninguna idea sobre el calendario, limitándose a decir que el BCE seguirá dependiendo de los datos.
En relación a los datos del mercado laboral, más allá de los datos contradictorios del último mes, la trayectoria clara apunta a una relajación de la rigidez del mercado laboral, como lo demuestra la disminución del número de puestos de trabajo sin cubrir por trabajador desempleado, una tasa de abandono decreciente que sugiere que es más difícil obtener una mayor remuneración cambiando de trabajo, una tasa de desempleo que aumenta lentamente y la debilidad de la encuesta de empleo de los hogares. Los fuertes aumentos salariales de este mes podrían formar parte de un aumento latente de la remuneración para compensar los dos años en los que los salarios reales disminuyeron, o podría tratarse de algo puntual. Habrá que esperar al informe sobre la situación del empleo del mes que viene para saberlo