La compañía de tecnología y defensa tiene pendiente deshacerse de parte de su negocio de servicios tecnológicos y hacerse con Hispasat para reforzar el brazo industrial de la defensa, en un momento en que los grandes países europeos se han comprometido con la OTAN a elevar su gasto en el sector militar. Precisamente Telefónica ha sido uno de los candidatos que durante meses ha sonado en el mercado para hacerse con parte del negocio tecnológico de Indra.
Ingeniero industrial de formación, el principal valedor histórico de Murtra ha sido Illa. Ambos coincidieron en la denominada «generación BlackBerry», la remesa de jóvenes políticos que intentó dar un giro al PSC tras el desastre del tripartito en Cataluña, casi siempre con uno de los conocidos teléfonos canadienses -que entonces hacían furor- en el bolsillo.
Murtra empezó su carrera profesional en la industria nuclear en British Nuclear Fuels Ltd en el Reino Unido. Después dio el salto a la consultora de estrategia DiamondCluster, donde trabajó para grandes empresas tecnológicas. Posee también un Máster en Administración de Empresas (MBA) con major en Finanzas por la Leonard School of Business de la Universidad de Nueva York. Y, más importante aún, es patrono de la Fundación «la Caixa». Criteria, el holding inversor del universo Caixa, es junto con la SEPI y los saudíes de STC el principal accionista de Telefónica.
Durante su etapa al frente de Indra, desde 2021, Murtra se ha afanado en afirmar que el Gobierno «no manda en la compañía», pese a su cercanía al PSC y al cuestionado cese, en 2022, de cinco consejeros independientes. Durante su mandato, compartido con de los Mozos, Indra ha seguido la hoja de ruta para erigirse en el gran campeón español en defensa, tratando de dejar por el camino las áreas de la empresa menos alineadas con ello, en particular Minsait. Una estrategia que, al calor de conflictos como la invasión en Ucrania o la guerra entre Israel y Hamás, ha disparado el valor de los títulos la compañía.