De igual modo, la compañía no solo ha rechazado que dimitan altos cargos de Redeia, la matriz de REE, por este caso, sino que también ha descartado que deban hacer frente a indemnizaciones.
En una larga rueda de prensa en la sede de Tres Cantos (Madrid) de Redeia, la presidenta de la compañía y exministra del PSOE, ha presentado su informe sobre el apagón, en el que ha acusado a las energéticas de proporcionar información parcial y sin «la calidad deseable».
«Cuando han facilitado los datos, que no ha sido siempre, lo han hecho especificando su carácter de confidencial», ha destacado Corredor, quien también ha defendido que los datos proporcionados por REE «se han dado de forma inmediata, completa y transparente». Además, ha negado responsabilidad de la empresa en el apagón, aunque también ha indicado que eso lo tendrán que determinar los tribunales o la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Por su parte, la directora general de Operación de Red Eléctrica, Concha Sánchez, ha afirmado que, si las centrales con obligación de aportar capacidad para controlar la tensión hubiesen actuado correctamente, como estaban obligadas por el procedimiento 7.4 –que las remunera por ello–, no se habría producido el apagón. «¿Qué hubiese pasado si los generadores con obligación de cumplimiento de control lo hubiesen hecho? Esto quiere decir que no se tendrían oscilaciones, no hubiéramos tenido apagón», ha subrayado Sánchez.
Así, la directora de REE ha rechazado las conclusiones del Gobierno, que ayer afirmaba que no había suficiente programación por parte de Red Eléctrica. «Según nuestros cálculos, en todo momento la programación de ciclos de grupos con capacidad de control de tensión proporcionaba recursos suficientes al sistema. En cambio, lo que nos encontramos fue que esos recursos no se prestaron de forma efectiva», ha señalado.
Según Sánchez, antes del incidente, alrededor de las 12:00 de la mañana, la situación del sistema era «absolutamente normal, similar en esa hora a cualquier otro día laborable de primavera». «Nada teníamos de indicios de lo que después iba a suceder», ha asegurado Sánchez.
Pero a las 12:03 horas, el sistema comenzó a sufrir una «oscilación forzada que provocó una bajada del nivel de tensión con fluctuaciones de 30 kilovoltios» que se prolonga cerca de cinco minutos. importante que se mantuvo durante 4 minutos y 42 segundos. «Entonces el operador tiene que intervenir porque es una situación peligrosa», ha precisado Sánchez. Para ello, ha explicado, hay que conectar líneas desconectadas en la red de transporte, reducir el intercambio exportador con Francia.
«Tras las primeras actuaciones la oscilación se corrige, aunque se observa una carga importante en la línea entre España y Portugal. Se decide reducir el intercambio. Sin embargo, esta oscilación se vuelve a reproducir a las 12:16 y otra vez volvemos a oscilaciones con la misma frecuencia, con tensiones bajas. Seguimos desconectando reactancias para mejorar el nivel de tensión», ha proseguido Sánchez.
Esta oscilación procedía, según Sánchez, de una «planta fotovoltaica que denominaremos A en la provincia de Badajoz, que está conectada a la red de transporte. «También podemos decir que no era algo que estuviera en la red de transporte, pues había otras plantas que no presentaban este comportamiento. La causa de oscilación deberá ser aclarada por el propietario de la planta», ha precisado.
Tras esas oscilaciones anómalas, REE observó un «crecimiento anómalo» de la demanda que, «en realidad, es una desconexión de generación». Por ello, empiezan a desconectarse 700 megavatios (MW) de generación no conectados a la red de transporte sobre las que REE no tiene visibilidad, según ha indicado.
A continuación, «el transporte desde la Península a Francia se reduce», pero las tensiones siguen aumentando y se produce la pérdida de generación en una subestación en Granada. Posteriormente, se pierden 582 MW en Badajoz.
«Volvemos a tener un efecto de subida de tensión, porque no se había dado una adaptación rápida al cambio de condiciones. Estamos hablando en total de una pérdida de generación renovable de 1.150 MW. A partir de este momento se sufre una desconexión por encima de 2.000 MW en la red de transporte. En este punto ya no fue posible que el sistema mantuviera los niveles de tensión», ha agregado.
Ahí, REE inició «una carrera de mecanismos de defensa para conseguir equilibrar el sistema», pero «no lo conseguimos». No obstante, ha precisado que, hasta ese momento, no se puede hablar de sobretensiones, ya que se mantenían dentro del los valores fijados por la normativa.
«A partir de ese momento se desconectaron España y Portugal del resto de sistema europeo tras el efecto cascada que no fue posible remediar. Un segundo después de la desconexión de sincronización, se desconectó un grupo nuclear, luego un ciclo combinado, dos nuevos grupos nucleares, otro ciclo combinado adicional y finalmente la línea de interconexión continúa que teníamos entre España y Francia. A las 12:33 horas y 24 segundos, 27 segundos después del evento 3 en Granada, se produce la caída del sistema español peninsular y se alcanza el cero total», ha sentenciado Sánchez.
Como se recuerda, la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, explicó ayer que una de las diez centrales que tenían que haber sido capaces de regular la tensión en el sistema eléctrico durante el apagón del 28 de abril no estaba operativa. Según Aagesen, Red Eléctrica, programó para el día del apagón la actividad de diez centrales térmicas con capacidad de regular tensión. No obstante, una se declaró indisponible y Red Eléctrica decidió no sustituir esa instalación. «El que hubiera habido un grupo más acoplado en el sistema no hubiera cambiado el final de las cosas», ha asegurado Sánchez, quien sí ha señalado que las centrales disponibles no funcionaron adecuadamente.
Ayer, la patronal Aelec, que agrupa a Endesa, Iberdrola y EDP, afirmó que todas sus plantas y redes estaban en los rangos que exigen los procedimientos, negando responsabilidad en el apagón.
Por otro lado, Corredor ha descartado dimitir de su puesto, ya que entiende que este es un informe técnico y que la decisión deben tomarla otros. «Este informe complementa al del Gobierno. Lo conocen el Ministerio y la CNMC. La determinación de responsabilidades corresponde a las autoridades competentes. La determinación de las decisiones que se tomaron no nos corresponden a nosotros. El Estado tiene una posición relevante al accionariado, al cual el presidente siempre está a disposición y así seguirá siendo», ha señalado Corredor.
De igual modo, la presidenta de Redeia ha señalado que «si otras empresas tienen responsabilidad en el apagón, ¿también se les va a pedir la dimisión?».
Por su parte, el consejero delegado de Redeia, García Merino, ha afirmado que, en tanto que «no incumplimos ningún procedimiento de operación y actuamos de forma diligente en todo momento», la compañía entiende que «no debemos asumir ninguna reclamación ni hacer frente a indemnizaciones».
