Así lo ha aprobado este lunes el consejo de administración de Renfe, dando también la posibilidad de ampliar el contrato con el suministro adicional de hasta 9 trenes eléctricos más. Este contrato sucede al adjudicado el pasado mes de octubre, también a CAF, para la fabricación de 28 trenes eléctricos, pero en esa ocasión destinados a la Media Distancia y por un importe de 290 millones de euros.
El fabricante de trenes vasco también ganó en 2020 el contrato de 31 trenes de ancho métrico y seis de Cercanías por 258 millones de euros, siendo este objeto de la polémica por los gálibos de Cantabria y Asturias. Renfe defiende que este último contrato de 29 trenes eléctricos garantizará «la máxima eficiencia en la operación de la nueva flota y el menor coste durante un largo periodo de tiempo». Esta adquisición de trenes forma parte del ‘Plan de Renovación de Flota’ puesto en marcha por Renfe en 2019, que supondrá la renovación de aproximadamente el 50% de los trenes dedicados a Obligaciones de Servicio Público (OSP).
En el marco de este plan, además de los contratos adjudicados a CAF, destacan principalmente las 211 nuevas unidades de gran capacidad de Cercanías, contratadas en 2021 a Alstom y Stadler y ya en proceso de fabricación, que conlleva una inversión de 2.726 millones de euros.
Los nuevos trenes permitirán el rejuvenecimiento de la flota, con el consiguiente incremento de la fiabilidad y la reducción de incidencias, un aumento de la eficiencia energética, la adecuación a las obligaciones de implantación de la accesibilidad, la sustitución de material diésel y el incremento de la seguridad en el sistema ferroviario.
Se trata del mayor esfuerzo inversor de las últimas décadas para Renfe con el objetivo de renovar y ampliar su flota de trenes, con una inversión en firme superior a 5.500 millones de euros que permitirá la compra o remodelación de 539 trenes o locomotoras, y que generará alrededor de 52.000 nuevos empleos.