Se trata del edificio Faro, propiedad del fondo Ardian y que se sitúa en la calle Retama 3, en el entorno de la estación de autobuses y tren de Méndez Álvaro, al sur de la capital. La operación se cifra en 108,9 millones de euros, un importe a lo que habrá que sumar otros 15 millones para su reforma y adaptación y otro millón por equipamiento actual. La compañía justifica esta adquisición por la insuficiencia de espacios en la actualidad, así como la necesidad de reubicar a su personal situado en el complejo de oficinas que actualmente posee en el entorno de la estación de Chamartín, conocido como ‘Las Caracolas’.
Los terrenos en los que se ubican estas oficinas, que cuentan con una edificabilidad activa de unos 20.000 metros cuadrados, forman parte del desarrollo urbanístico de Madrid Nuevo Norte y han sido vendidos a CreaMNN, la entidad gestora del ámbito que está en manos de BBVA y Sanjose. El desalojo de los mismos deberá realizarse antes de que acabe el año 2028.
El movimiento de la cúpula contempla el traslado de buena parte del personal de ‘Las Caracolas’ al inmueble a adquirir, actualmente en proceso de reforma por su propietario, Jaesure SLU, filial del fondo francés de infraestructuras Ardian. Una vez finalizadas las obras, contará con 14 plantas y 13.688 m2 de superficie, además de 226 plazas de aparcamiento, 38 de patinete y bicicleta, y todo tipo de certificaciones en materia de sostenibilidad.
Según Renfe esta compra, es «la mejor alternativa estratégica y económica» al disponer de superficie adicional, centralizar el uso provisional en una única ubicación y eliminar riesgos de sobrecostes por demoras.
El edificio fue adquirido por Ardian en el año 2021 por 50 millones de euros y ha invertido otros 25 millones en su remodelación. Ahora, como se ha comentado, será vendido por 108 millones de euros, lo que se traduce en una rentabilidad del 44% para el fondo galo de infraestructuras. El proyecto, diseñado por GCA Arquitectos, incluye una nueva cubierta exterior con lamas de aluminio horizontales y verticales para el control del soleamiento, espacios verdes en zonas comunes y un importante peso de la eficiencia energética.
La adquisición del inmueble llega en un momento sensible en términos financieros. En concreto, el grupo Renfe logró recortar sus pérdidas en 118,6 millones durante el pasado año, hasta obtener un resultado consolidado después de impuestos de –2,95 millones de euros, frente a los –121,5 millones registrados en 2023. El aumento de los ingresos en un 5,5% y la mejora sustancial de la rentabilidad, con un Ebitda que creció un 59%, pasando de 307,9 a 489,5 millones, contribuyeron sustancialmente a que la empresa pública ferroviaria lograra su mejor resultado en lo que va de década.
El inicio de 2025, en cambio, fue más turbulento, ya que el aumento sustancial de los gastos elevó las pérdidas hasta los 98 millones de euros en los primeros tres meses, un un 39% superiores a los 70,8 millones registrados hasta marzo de 2024. La caída libre del negocio de mercancías y el alza de costes en un 4,5% no compensaron la sustancial mejora del negocio de viajeros, que elevó su facturación en 50 millones por el empuje de la demanda en los trayectos de alta velocidad, que apunta a un nuevo récord este año.