Y este 1 de abril será también la fecha en que se formalice el expediente abierto por la operadora pública al fabricante para ejecutar las cláusulas de penalización vigentes en el contrato, tal y como se acordó en uno de los últimos consejos de administración de la empresa pública, que mantiene una airada disputa con Talgo para que cumpla con lo pactado. Esta multa ascenderá a 116 millones de euros por la demora acumulada en la entrega desde junio de 2022, y equivale al 20% del contrato de construcción de los 30 trenes de alta velocidad, que estaba cifrado en 580 millones. El resto del acuerdo, hasta los 1.282 millones pactados entre el fabricante, la operadora y el ministerio dirigido entonces por el ‘popular’ Íñigo de la Serna, corresponde al mantenimiento de los mismos, que tendrá que ejecutar Talgo durante buena parte de su vida útil.
Pero la penalización será todavía mayor, ya que Renfe tiene previsto solicitar por vía judicial otros 50 millones adicionales en concepto de lucro cesante y por daños y perjuicios. Esto equivalente a otro 8,6% del contrato firmado, debido a los tres años que lleva sin poder disponer de estos nuevos trenes tras abrirse el mercado a la competencia y en plena pugna con sus rivales en la alta velocidad, Ouigo e Iryo, que poco a poco le van quitando cuota de mercado.
Talgo se defendió de las acusaciones alegando «causas exógenas» como «interferencias en la cadena de suministro generadas por la pandemia y otros eventos geopolíticos», y todavía en la última presentación de resultados celebrada el 29 de febrero para sus analistas, su consejero delegado Gonzalo Urquijo aseguraba no tener información sobre la posible penalización de Renfe.
Una semana después, la operadora dio a conocer que había remitido dos cartas al fabricante, una en enero y otra ese mismo 8 de marzo, en la que le comunica su intención de aplicar las penalizaciones contadas. La misiva, firmada por el director de operaciones de Renfe, Óscar Gómez Barbero tacha la situación de «flagrante incumplimiento de sus obligaciones contractuales», algo que «está causando importantes perjuicios» a la empresa.
Por si esto fuera poco, y tras constatar que los trenes no iban a estar listos el 1 de abril como prometió el actual ministro de Transportes, Óscar Puente, Renfe anunció semanas atrás su intención de aplicar desde hoy una nueva penalización de 80.000 euros por cada día que pase sin que los trenes lleguen a los talleres de la operadora.
Aunque desde el Ministerio y Renfe se niegan a poner fechas a la entrega de estos trenes Avril, los técnicos de Talgo trabajan desde hace unas semanas con la fecha límite provisional del 8 de abril para hacer entrega de las unidades, una vez pasada la Semana Santa y después de que la operadora tuviera que retrasar la venta de billetes de los servicios que serán prestados con los nuevos vehículos. En esta primera etapa, los Avril serán destinados a las rutas que unen Madrid con Galicia y Asturias para hacer frente al aumento de demanda registrado durante los últimos meses. Posteriormente, también se destinarán a la línea Madrid-Barcelona, a ampliar los servicios Avlo de bajo coste y, a partir del año que viene, cinco de ellos circularán por Francia, con el objetivo de que cubran futuros servicios en la ruta Lyon-París.
La demora que acumulaba este pedido obligó al Ministerio de Transportes a poner en marcha una mesa técnica semanal en la que Talgo debía notificar de sus progresos tanto a Renfe como al Ejecutivo. En este órgano informal también participan miembros del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), para que el supervisor de la red facilitase todos los trámites necesarios para llevar a cabo las pruebas y acelerar las entregas.
La última sesión de esta mesa técnica, celebrada el pasado 21 de marzo, constató los avances de las últimas fechas y desveló que los trenes están muy cerca de poder ser entregados tras haberse resuelto muchas de las incidencias que registraba. Según fuentes conocedoras del proceso, todavía faltan por resolver varios problemas del software que utiliza el tren, aunque la mayoría de complicaciones están ya resueltas y a cierre de este artículo todavía no se había modificado esa fecha provisional de entrega del 8 de abril.
El calendario de entregas planteado en enero contemplaba suministrar una primera tanda de diez trenes; otra decena a lo largo del año y los últimos diez en 2025, hasta alcanzar el total de 30 unidades adquiridas. 15 de ellas serán de ancho fijo con doble electrificación a 3 y 25 kilovatios (kV), y los otros 15 son de ancho variable. Cinco de cada están diseñados para el producto ‘low cost’ Avlo, por lo que los 20 restantes serán AVEs.