El peor comportamiento del mercado europeo en los últimos años se explica en gran parte por su falta de exposición a acciones de alto crecimiento o tecnológicas como las de Estados Unidos. Sin embargo, ahora las acciones industriales y más cíclicas, aquellas que son más rentables en épocas de prosperidad económica pero que pierden valor durante la crisis, son las que lideran el mercado y colocan a Europa en mejor situación en su comparativa con el mercado de acciones de EE. UU.
Por el lado de los bancos centrales, el próximo 4 de mayo se vuelve a reunir el Banco Central Europeo, y en principio el mercado espera que realicen una subida de 0,25%, hasta situar el tipo de interés oficial en 3,75%. Sin embargo, según las declaraciones del pasado lunes de Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, no se puede descartar una subida más fuerte de hasta 0,50%. Schnabel confirmó que la inflación general está moderándose con rapidez gracias al freno de los precios de la energía, pero la inflación subyacente sigue incrementándose peligrosamente. Además, Pierre Wunsch, gobernador del Banco Nacional de Bélgica, ha declarado en una entrevista que sólo apoyará una pausa en las subidas de tipos de interés por el BCE cuando la inflación (general y subyacente) y el crecimiento de los salarios (incremento del 5,7% en Europa en el último trimestre de 2022) desciendan claramente.
Más allá de lo comentado anteriormente, el mercado se ha tomado un respiro a la espera de acontecimientos. Esto se refleja en el volumen de contratación y, sobre todo, en la volatilidad de los índices, con el VIX y el V2X (índices de volatilidad del S&P500 y del Eurostoxx-50 respectivamente) en niveles históricamente bajos, cercanos a 17 y por debajo de la media que se sitúa en torno a 20.
Esta semana el mercado estará pendiente del dato del deflactor del consumo (PCE) en EE. UU. que se publicará el próximo viernes y de la evolución de la temporada de resultados, con el foco puesto en EE. UU. donde los beneficios por acción hoy están retrocediendo un -7,3% vs -8,1% estimado.
En divisas, el euro mantiene su tendencia alcista intacta desde que el pasado mes de septiembre tocara los 0,95 eur/usd (mínimos de los últimos 20 años). En este periodo, la moneda europea se ha revalorizado un +16%, hasta toparse con la zona de los 1,11 eur/usd, nivel que lleva intentando perforar (de momento sin éxito), desde hace dos semanas. El hecho de que el ciclo de alza de tipos en Europa vaya con retraso respecto a Estados Unidos, está apoyando dicha tendencia y veremos si es suficiente para superar la comentada resistencia e intentar atacar a la siguiente, situada en el rango 1,15-1,16 eur/usd.