Para alcanzar la neutralidad climática en 2050, el sector de la aviación –responsable del 2% de las emisiones mundiales de CO2– «se enfrenta a una profunda transformación que supone un enorme reto tecnológico y económico», ha señalado Repsol en un artículo publicado en su página web. Según ha apuntado, la disminución de las emisiones se logrará gracias al SAF, a la mejora de la eficiencia las aeronaves y también, a medio y largo plazo, mediante el avión de hidrógeno y la propulsión eléctrica.
La Unión Europea ha establecido que en 2025 el 2% del combustible suministrado a la aviación en los aeropuertos de sus Estados miembros deberá ser SAF, y el porcentaje deberá aumentar al 6% en 2030, al 34% en 2040 y al 70% en 2050.
Aunque la producción mundial de SAF se triplicó en 2022 respecto al año anterior, alcanzando los 300 millones de litros, está muy lejos de los 449.000 millones de litros anuales que la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) calcula que serán necesarios en 2050.