El acuerdo fue refrendado por el ministro de Petróleo de Venezuela, Pedro Tellechea, y el responsable de Upstream de Repsol, Francisco Gea, durante un acto celebrado en la sede central de PDVSA. El pacto otorga a la empresa europea más controles operativos y financieros sobre sus empresas en los campos petroleros de Petroquiriquire Occidente y Oriente, mientras que Venezuela trata de reactivar el negocio de explotación del petróleo tras el levantamiento parcial de las sanciones estadounidenses. “Esta firma es un punto y seguido de los casi 30 años que cumplimos en Venezuela. Hemos estado en momentos diferentes del país y queremos estar desarrollando en el futuro la industria y la sociedad”, dijo Gea en declaraciones recogidas por Bloomberg.
Este pacto “permitirá un aumento sustancial de la producción durante los próximos dos años y asegura tanto la generación de fondos propios para la inversión necesaria como para la recuperación de la deuda histórica de Repsol ligada a estos activos”. Repsol es el tercer gigante petrolero que firma nuevos acuerdos con Venezuela. La primera fue la estadounidense Chevron que obtuvo una licencia especial para reanudar la producción en esa zona, mientras que la segunda fue la francesa Etablissements Maurel & Prom SA, que firmó un nuevo contrato el mes pasado. Repsol envió un equipo negociador a Caracas en los últimos meses para explorar opciones que aseguren el acceso a crudo pesado para sus refinerías de petróleo en España, incluyendo nuevos yacimientos.
Venezuela produjo en noviembre una media de 801.000 barriles por día, según la estadística de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), lo que supuso un aumento del 15,5% respecto al mismo mes de 2022, cuando bombeó 693.000 barriles. El Ejecutivo estadounidense, sin embargo, ha advertido que podría volver a imponer sanciones si Venezuela no toma medidas como la liberación de los “presos políticos” y si la antichavista María Corina Machado sigue inhabilitada para competir por cargos de elección popular.