Esta alianza consolida una colaboración de décadas entre ambas compañías y reafirma su compromiso con la descarbonización y el impulso de soluciones tecnológicas aplicadas a la movilidad.
El convenio establece un marco de cooperación para analizar y desarrollar proyectos conjuntos en diversos ámbitos energéticos. Entre las líneas de trabajo destaca el uso de combustibles renovables, producidos a partir de residuos orgánicos, que gracias a la tecnología actual permiten reducir las emisiones netas de CO2 hasta en un 90% en comparación con los combustibles de origen mineral a los que sustituyen. Estos combustibles representan una alternativa ya disponible para la descarbonización de los vehículos actuales y futuros, ya que posibilitan reducir las emisiones sin necesidad de cambiar de vehículo ni modificar las infraestructuras de distribución y repostaje existentes.
La colaboración también incluye el estudio de iniciativas relacionadas con el suministro de electricidad 100% renovable, gas natural con garantías de origen renovable y energía solar fotovoltaica, así como el desarrollo de soluciones de almacenamiento energético. La movilidad eléctrica será otro eje fundamental de este convenio, mediante la implantación de puntos de recarga y servicios asociados, tanto en entornos privados como de acceso público. Asimismo, se explorarán oportunidades para el desarrollo y aplicación de soluciones basadas en el hidrógeno y el biometano.