Hay que hacerse con los personajes, que aunque los protagonistas son prácticamente tres, interactúan otros que no se sabe bien su papel según van apareciendo: es de esas novelas que hay que leerlas con papel para ir apuntando las relaciones.
El argumento cuando se acaba de descubrir es sencillo: por una parte, hay una agencia de guardaespaldas de famosos que comenzó con dos socios, pero se acaban separando y estableciendo dos empresas competitivas, por otra parte está una de las guardaespaldas, Amy, que protege a una escritora famosa y que acaban por hacerse amigas y que vive bajo el temor de un narco ruso que quiere matarla. El tercer protagonista es Steve, policía investigador retirado que vive en un pueblito y que es el suegro de Amy y que se entienden y se llevan muy bien. Todos acaban involucrados en tres asesinatos que por unas pistas llevan a señalar a Amy como la ejecutora.
Escenarios variados, Carolina, Londres, Santa Lucía, Dubái… y unos personajes que son colaterales pero que falta el saber cuál es su papel en la acción. Todo está alrededor del blanqueo de capitales a través de influencers y de una agencia de trabajo regentada por una mujer que tampoco sabe con claridad lo que está pasando. Hay un personaje central que no le conoce nadie pero que es el que mueve todos los hilos y encarga los asesinatos. Será descubierto al final y con él un cómplice conocido pero sobre el que no caen sospechas. Los dos personajes a seguir son Amy y Steve y luego con la escritora, Rossie, que le da un carácter jocoso y desenfadado al relato,
La novela se lee bien, es agradable y entretenida.
Resolvemos asesinatos
Richard Osman
Planeta (2025)
págs. 499