Un avance que habría sido muy superior sin el pago de la nueva tasa: del 36%. En conjunto, estas seis entidades han abonado 1.120 millones por el gravamen en España, y ha que este impuesto extraordinario solo se aplica en territorio nacional (grava el margen de intereses y las comisiones netas solo de la actividad en España). Por ello, habría que fijar la mirada en los beneficios en el país, excluyendo de la cuenta lo cosechado en el extranjero, que en el caso del Santander y el BBVA es más que notorio. Solo en el negocio en España, la gran banca obtuvo un beneficio de 2.108,4 millones, un 5,6% más. Un avance moderado, aunque se debe al efecto de la nueva figura impositiva. Sin ella, las ganancias se habrían disparado con mucha fuerza: un 62%.
De esta forma, la tasa temporal fijada por el Gobierno se ha comido casi por completo el aumento de los beneficios en el país. Aunque esta afirmación hay que matizarla: el montante total que se detrae de los números en los tres primeros meses del año es el pago correspondiente al ejercicio completo. Es decir, todo lo que ganen de más en los próximos trimestres diluirá el efecto del impuesto. De hecho, se espera que los márgenes sigan creciendo, ya que queda una parte de la cartera de préstamos hipotecarios vinculados al euríbor que todavía no han actualizado su pago al nuevo precio del dinero (los tipos se situaron este jueves en el 3,75%).
Esto supone que el segundo trimestre, salvo contratiempo, recogerá otra mejora considerable de las ganancias de los bancos en España. Está por ver qué ocurre a partir de verano, cuando se vislumbran algunos nubarrones e incertidumbres: ya no se comparará con meses en los que los tipos estaban todavía muy bajos, se teme un posible frenazo de la economía y, además, existe la amenaza de los temidos impagos.