Ambos han ocupado gran parte del discurso de la ministra de Defensa, Margarita Robles, con motivo de la Pascua Militar, en el que también ha aprovechado para sacar pecho de la inversión en Defensa y, al mismo tiempo, tirar de las orejas a la industria por los retrasos en programas de armamento claves.
Robles ha sido la primera en tomar la palabra en el Salón del Trono del Palacio Real. Ante Felipe VI y la guardiamarina de primero Leonor de Borbón Ortiz, ha ensalzado la labor de las Fuerzas Armadas «en el mantenimiento y búsqueda de la paz en todos los difíciles escenarios donde se despliegan», un mensaje que ha dirigido a la Princesa de Asturias al apuntar que «así lo esta viviendo con su formación militar, que continúa en el ámbito de la Armada».
Pero como era de esperar, al igual que el Rey en su intervención, el protagonismo de sus palabras lo ha tenido la DANA, sus afectados y la labor de los militares que trabajan sin descanso, con «entrega, humildad, generosidad y sentido del deber» para ayudar a los damnificados.
«Tenemos la obligación de no dejarles solos, de contribuir de manera rápida y eficaz a reparar los daños y pérdidas y de comprender sus sentimientos y dolor. Hemos de seguir trabajando unidos, porque la prioridad para 2025 es el total apoyo a la reconstrucción y reparación de las localidades y la satisfacción de las necesidades de los afectados», ha señalado la titular de Defensa. «Esta ha sido y será nuestra prioridad», ha insistido.
En este sentido, ha agradecido el esfuerzo de los alrededor de 25.000 militares que en algún momento se han desplegado en las zonas afectadas, sobre todo en la Comunidad Valenciana, «poniendo incluso en riesgo sus propias vidas y volcando sus esfuerzos en ayudar a los afectados». Haciendo oídos sordos a las polémicas y críticas de los primeros momentos de la tragedia que señalaban a los militares, Robles ha puesto de relieve que los militares trabajan sobre el barro «de forma callada y sin buscar protagonismos». «Los uniformes de los dos ejércitos, la Armada y la UME llenaron y siguen haciéndolo las localidades mas afectadas», ha apuntado destacando su «especial satisfacción» por ver a los militares «acompañando a las cabalgatas para ayudar a devolver la ilusión a los niños de la zona cero que lo han perdido todo».
«Nuestros militares son auténticos héroes, han salvado muchas vidas y han velado a los fallecidos. Nos han dado una lección de profesionalidad, entrega y la humildad de no querer sentirse protagonistas», ha remarcado para recordar, como ya ha dicho en varias ocasiones, que «estarán en Valencia el tiempo que sea necesario».
Fuera de nuestras fronteras, la ministra también ha tenido palabras de apoyo y agradecimiento para los militares que se han desplegado y se despliegan en misiones en el exterior que «persiguen garantizar la paz y la estabilidad en zonas especialmente conflictivas».
Aquí ha hecho hincapié en la operación de la ONU en Líbano o a los despliegues en las fuerzas de disuasión de la OTAN en el Flanco Este, reforzadas el pasado 2024 con, entre otros, el liderazgo de la brigada multinacional terrestre de Eslovaquia o la integración en la de Rumanía que manda Francia. Estas últimas misiones, ha señalado Robles, se producen en un «contexto de firme unidad en la condena de la invasión de Ucrania y de apoyo a la población ucraniana en su heroica resistencia frente a la cruel guerra de Putin».
Por ello, ha vuelto a insistir en que el apoyo de España a Ucrania no se reducirá y continuarán tanto los envíos de armamento como la formación de militares y civiles ucranianos para hacer frente a las tropas rusas. «Ucrania necesita y merece ya una paz justa y duradera», ha sentenciado.
Y mientras, en lo que afecta a la otra guerra que marcó el pasado año, ha exigido la «resolución pacifica del conflicto palestino-israelí, fomentando un diálogo constructivo sin imposiciones ni ningún tipo de violencia».
En el marco de las citadas misiones en las que participan las Fuerzas Armadas, Robles ha aprovechado para agradecer el trabajo del Mando de Operaciones (MOPS), responsable de su planificación y gestión y que el pasado año celebró su 20 aniversario.
Pero la ministra también ha tenido tiempo de sacar pecho del «esfuerzo inversor» del Gobierno desde 2018 para «dotar de capacidades modernas y a la vanguardia en términos de innovación a las Fuerzas Armadas». Además de para «garantizar un incremento progresivo en la inversión en Defensa que garantice los recursos necesarios para posicionar a España en el lugar que le corresponde en el mundo», esto es, intentar sacar a nuestro país de los puestos de cola en lo que a gasto militar se refiere con el objetivo de alcanzar el 2% del PIB en 2029, cinco años más tarde del compromiso inicial adquirido.
Esa inversión en capacidades y medios incluye un impulso de la industria de Defensa Nacional, la cual ha sido el centro de las críticas del Ministerio por los retrasos en los grandes programas de armamento, como los blindados 8×8 «Dragón» para el Ejército de Tierra o los submarinos S-80. Por ello, prometiendo continuar con ese «esfuerzo inversor en los grandes programas que están en marcha», la ministra no ha dudado en aprovechar su intervención ante el Rey para solicitar «a nuestras empresas su compromiso y claro esfuerzo para su entrega en tiempo y forma».
Su discurso ha concluido con una nueva mención a la formación militar de Doña Leonor y a su inminente crucero de instrucción en el buque escuela de la Armada: «La Princesa dejará muy alto el pabellón de España».