Los otros 11 consejeros -nombrados por el PSOE y sus socios- sí las han firmado y han salido adelante. Clarp esta que SEPI, propietaria al 100% de RTVE, se ha negado a hacer esa rectificación de las cuentas porque le obligaría a hacer una ampliación de capital para restablecer su situación patrimonial y sacar a la cadena pública de causa de disolución.
Ante la presentación en el consejo de hoy de las cuentas de 2024 sin rectificar, los cuatro consejeros propuestos por el PP han declinado firmarlas, algo que no había sucedido hasta ahora. También han argumentado por qué se han negado a firmarlas, como obliga la norma.
La cúpula de la cadena pública ha insistido en defender su contabilidad porque da por hecho que los recursos presentados contra la decisión de Hacienda de reducir las deducciones por IVA a las televisiones públicas -también a las autonómicas- les van a ser favorables y el problema se acabará.
Sin embargo, los consejeros propuestos por el PP defienden que, mientras se resuelven esos recursos, la contabilidad obliga a provisionar esos pagos y contabilizarlos por tanto como pérdidas, lo que dejaría a la cadena pública en causa de disolución. Según el auditor, a cierre de 2023 el quebranto económico era de 739 millones, cifra que ha aumentado a casi 800 en 2024.
Hace una década, el Gobierno decidió reducir la deducción por IVA de las televisiones públicas. Cada año, Hacienda reclama esos pagos a RTVE, que los abona, e inmediatamente presenta un recurso. Mientras la justicia decide quién tiene razón, si Hacienda o las televisiones públicas, RTVE contabiliza esos pagos como deudas de Hacienda con ellos.
«RTVE ha pagado y tiene hasta avales para afrontar esos pagos. No pueden ponerse en la contabilidad como una deuda que tiene Hacienda con RTVE, es absurdo. Y todo porque creen que lo van a ganar. Las normas de contabilidad dicen que hay que ponerlo como una provisión y cargarlo a pérdidas», señalan fuentes conocedoras de la situación.
Si se hiciera correctamente, RTVE tendría que anotarse esos pagos como pérdidas y estaría en causa de disolución. Una situación que se arregla con una ampliación de capital del socio único, la SEPI, que se ha negado en redondo.
La bronca de este viernes devuelve RTVE a las batallas anteriores, cuando el consejo estaba dividido por el enfrentamiento entre los consejeros del PSOE entre sí, y éstos con los de Sumar.
A pesar de esta situación y de los problemas de sus cuantiosas perdidas la estrategia del ente público, pasa por ganar audiencia a través de grandes eventos deportivos, aunque eso cueste un agujero económico en las arcas de RTVE. 158 millones de euros en los Mundiales de fútbol de 2022 y 2026 (este último a falta de confirmación) y de las Eurocopas de 2024 y 2028. 112 millones en las próximas cuatro citas de los Juegos Olímpicos (tanto de verano como de invierno). 60 por los partidos de la selección española desde 2026 a 28. 20,6 millones por las próximas cinco ediciones del Tour de Francia. 14,8 por la Copa del Rey, 7,5 por la final de Champions y 4,6 por las competiciones FIBA de baloncesto de los próximos cuatro años. Lo que totaliza un monto de 377,5 millones en una RTVE arruinada.