«La presión inflacionaria sigue aumentando. Para el 7 de agosto, la inflación anual aumentó al 4,4%. Al mismo tiempo, la tasa actual de crecimiento de los precios continúa acelerándose», señaló el BCR en un comunicado. Destacó que, en promedio, durante los últimos tres meses, el crecimiento desestacionalizado de los precios fue del 7,6% sobre una base anualizada. Según el regulador, «el aumento de la demanda interna, que supera la capacidad de expansión de la producción, refuerza la persistente presión inflacionaria e influye en la dinámica del tipo de cambio del rublo por una mayor demanda de importaciones». Al argumentar su decisión de subir el tipo de interés, el Banco Central indicó que de mantenerse la tasa actual de crecimiento de precios, hay un «riesgo significativo» de que la inflación supere el objetivo planteado para 2024, que es del 4%.
Debido a la inestabilidad política, al aumento de las importaciones, la caída de las exportaciones y las sanciones occidentales a Rusia por la guerra en Ucrania, el rublo se ha devaluado más de un 27% durante los primeros siete meses de este año. El rublo no ha dejado de depreciarse desde que el jefe del Grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, protagonizara el pasado 23-24 de junio una fallida rebelión armada. Este lunes la moneda rusa cotizaba a poco más de 100 rublos por dólar.
El punto más bajo de la divisa rusa se alcanzó el 10 de marzo de 2022, dos semanas después del inicio de la guerra en Ucrania, cuando cayó a 121,5 rublos por dólar. Este desplome ha llevado a la agencia Bloomberg a considerar el rublo como una de las tres monedas más débiles del mundo por su inestabilidad junto a la lira turca y el peso argentino.