Lee Hyun-kuk, uno de los representantes del sindicato, ha afirmado que consultaría con sus afiliados el hecho de ir a la huelga, pero que todo depende de la «actitud» del presidente de Samsung y de su voluntad de negociar. «Depende de la actitud del presidente Lee Jae-yong. Le pedimos sinceramente que venga a la mesa para conversar», ha señalado.
El NSEU, que dice representar a unos 10.000 empleados, es decir, el 9% de la plantilla, ha organizado una rueda de prensa en el exterior de una de las instalaciones de Samsung en Seúl y también ha exigido al presidente de la compañía que se una a las discusiones salariales.
En este sentido, el sindicato reclama un aumento en los sueldos de los trabajadores del 6%, mientras que desde la gerencia de la tecnológica han anunciado un incremento de alrededor del 4%. Si finalmente la huelga en Samsung consigue salir adelante, los otros 11 sindicatos de las filiales del grupo, como el constructor Samsung C&T o el fabricante de baterías para automóviles eléctricos Samsung SDI, harán lo mismo, ha indicado Oh Sang-hoon, representante sindical de Samsung Fire & Marine Insurance, y supondría el primer paro para la empresa desde que fuera fundada en 1969.
Esta delicada situación se une a los malos resultados de la firma surcoreana, que ha registrado un beneficio neto atribuible de 1,4 billones de wones (945,1 millones de euros) en los tres primeros meses de 2023, lo que representa un desplome del 87,4% en comparación con el resultado contabilizado entre enero y marzo de 2022.
Esta circunstancia se ha debido, principalmente, a la caída de los precios de los chips de memoria, que suponen su mayor negocio. Además, estos semiconductores, de los que Samsung es el principal productor mundial, mantienen una demanda débil.