En un pequeño intervalo del besamanos que han ofrecido los Reyes a un millar de personalidades españolas, sin decir nada, el presidente del Gobierno se ha ausentado. Pero es que ni tan siquiera se ha detenido frente a los periodistas para dar una explicación o para hacer alguno de los típicos corrillos con la prensa que se suele celebrar en este tipo de actos. Simplemente, ha cogido y se ha marchado.
El presidente del Gobierno había acudido al Palacio Real, igual que al desfile militar del Día de la Fiesta Nacional, solo, sin su mujer Begoña Gómez, que se ausenta de este tipo de actos desde que está imputado por un delito de tráfico de influencias.
Pero en ninguna de las ocasiones anteriores se había ido y menos sin dar ningún tipo de explicación ni razón aparente. Porque es cierto que este lunes viaja a Egipto para asistir a la firma del acuerdo de paz entre Israel y Hamás, pero no parece motivo suficiente para que no esté al menos los minutos que todavía faltaban para concluir el besamanos.
Núñez Feijóo, ha afirmado que él no ha tenido ocasión de saludar a Sánchez, pero no ha querido valorar su ida precipitada. «Bueno, no es fácil que el presidente hable de lo que está pasando», ha asegurado en los corrillos de la recepción real.
