Sánchez hizo esta afirmación en Madrid, al clausurar la presentación del Observatorio de Derechos Digitales, que es una iniciativa público-privada recientemente creada en España.
En su intervención, el presidente, como ha hecho en las últimas semanas, alertó contra la “tecnocasta” que es dueña de las principales empresas tecnológicas, a cuyos dueños atribuyó un “plan preparado” para dominar “el poder político y democrático”. Afirmó que quieren “sentarse directamente en los Consejos de Ministros sin caretas ni mediadores”.
Por este motivo, anunció una serie de medidas para afrontar esta realidad, como la designación en las próximas semanas de la CNMC “como coordinador de servicios digitales y vamos a dotar de los recursos materiales y humanos para ejercer la supervisión de la actividad de las plataformas digitales”.
También se están estudiando “mecanismos” que aseguren la “responsabilidad legal” de los dueños de las plataformas, de forma que “puedan rendir cuentas judicialmente por la vulneración de derechos y de libertades”.
Además, el jefe del Ejecutivo destacó la importancia de “impulsar la soberanía digital y tecnológica” de la UE, que dijo que debe conllevar inversiones que permitan a los países comunitarios un desarrollo tecnológico según los “valores” europeos. Defendió que los europeos deben desarrollar “navegadores propios”; “redes sociales públicas y privadas” propias y “servicios de mensajería que usen protocolos abiertos”. Defendió que no son “metas inalcanzables”, ya que hay “ejemplos recientes” de que este desarrollo propio es posible “con recursos y talento”.
El presidente defendió que estos cambios e inversiones son necesarios porque las redes sociales se han convertido en “auténticos campos de batalla” y que los dueños de las plataformas digitales quieren que no haya “disidencia” de sus objetivos. Defendió que el entorno digital debe convertirse “en un bien público para los ciudadanos” y que debe tener un planteamiento “humanista”.