Y es que Albares viajó hasta Bruselas para estar presente en el Consejo de Asuntos Generales que iba a tratar la propuesta española. No es habitual que el titular de Exteriores acuda a este tipo de reuniones, aunque Moncloa basó su presencia en el hecho de que España ostente la presidencia del Consejo de la Unión Europea. Gracias a esa triquiñuela, Albares presentó a los Estados su propuesta, y estos aplazaron su decisión, porque las prisas son malas consejeras y ninguno de ellos estaba por la labor, aunque en un alarde de ese “fair play” comunitario, de momento no han vetado la propuesta.
Se abre, pues un horizonte sobre el que volverán a trabajar los diplomáticos españoles y frente a ellos, Suecia ya manifestó públicamente sus recelos, al igual que internamente también lo hicieron Finlandia, Dinamarca y Austria. Eslovaquia y Países Bajos y eso a pesar de que Sánchez se había ofrecido a que la cuenta la pagase España. ¡¡Generoso que es el chico con los dineros de los españoles¡¡
En fin que se le complica la cosa de la investidura, porque al recibir el no europeo, Albares ha decidido que si se aprueba de uno en uno, el catalán sea el primero y que a los demás, con perdón pueden esperar y eso a los vascos les ha sentado como a la zorra los perdigones y han dado un aviso con cara de pocos amigos y avisando de que esta decisión puede afectar a su postura ante la investidura.
¡¡Ojito¡¡ acuérdense en el Psoe de Rajoy y como llego Sánchez al Gobierno