La entidad pretende que este año se clausuren hasta 160 sucursales, lo que supondrá multiplicar por cuatro el ritmo de cierres que llevaba en los últimos años. En concreto en este primer semestre ha clausurado unas 110 oficinas cuando, según fuentes sindicales, las previsiones eran sobre 60. Y no se detendrá ahí, puesto que para la segunda parte del año, el número se reducirá en otras 50 hasta llegar a las 1.667 sucursales a final de año respecto a las 1.827 que tenía en diciembre de 2024.
Según CGT en lo que va de año se han prejubilado 461 empleados fruto de los cierres de oficinas. Esta es la opción favorita de aquellos trabajadores que tienen que acogerse a alguna de las posibilidades que ofrece el Santander, aunque CGT explica que las condiciones recogen «entre un 74% y un 76% del salario bruto, dependiendo de la edad, hasta los 63 años». Asimismo, argumentan que las prejubilaciones no son atractivas «debido a los actuales coeficientes reductores».
La otra posibilidad para los trabajadores del banco es la reubicación, mediante un acuerdo entre sindicatos y entidad de 2017. Este contempla un traslado de hasta 75 kilómetros si la oficina cierra o si la nueva oficina recibe personal de otra cerrada. Por ello, los representantes de los trabajadores denuncian que este pacto se está utilizando como «medida de presión» para incentivar las jubilaciones anticipadas.
Banco Santander lleva años con una política de recortes en oficinas para ahorrar en costes. En los dos últimos ejercicios ha cerrado a razón de 500 sucursales por año y en el primer trimestre se registraron 101, de las cuales un tercio provenía de España.