Las empresas del sector, tanto las pymes como las grandes empresas, han apostado por reforzar su inversión en I+D+i con nueva maquinaria que incluye GPS y sensores en campo para conocer el estado de humedad del suelo o las necesidades hídricas, entre otras tecnologías. Asimismo, parte de esta financiación ha ido destinada a la investigación en nuevas variedades genéticas que se adaptan al cambio climático con el fin de hacer las explotaciones más eficientes, rentables y competitivas.
De la misma forma, los préstamos para la adquisición de fincas y su posterior transformación en cultivos de alto valor, como el olivar, almendro, pistacho o aguacate, junto con las líneas de financiación a corto plazo, los créditos campaña o la financiación de insumos, han sido los productos más demandados por los más de 425.000 clientes con los que el banco cuenta en este sector en España.
Con 125 oficinas especializadas, Santander ofrece una atención cercana y experta. Estas oficinas no solo gestionan productos de apoyo, sino que también actúan como puntos clave de transferencia de conocimiento, ayudando al sector agroalimentario a comprender y aplicar las prácticas agronómicas impulsadas desde Europa y a digitalizar la gestión de las explotaciones. A través de este asesoramiento especializado, el banco contribuye a que agricultores y ganaderos accedan eficazmente a las ayudas europeas y adopten prácticas más modernas y respetuosas con el medio ambiente.