Así se explica en las cuentas de Diglo Servicer Company de 2022, presentadas recientemente en el Registro Mercantil. El servicer ha acordado un pago de 14,3 millones por la cancelación del acuerdo por el que Aliseda administraba y comercializada activos tóxicos del banco. De esa cantidad, 11,8 millones corresponden a un pago en concepto de daños y perjuicios y de lucro cesante derivado de la rescisión del contrato y otros 2,5 millones por las pérdidas de exclusividad para Aliseda.
Aliseda –de la que Blackstone controla el 51% y el resto es propiedad de Santander– fue el servicer tradicionalmente ligado a Popular y que actualmente gestiona, entre otros, los activos de Quasar, la sociedad que agrupa los activos tóxicos procedentes de Popular.
Santander desligó a finales de 2021 esos activos que gestionaba Aliseda, creando una sociedad que se llamaba Yera y que finalmente opera con la marca comercial Diglo, y que depende, a su vez, de la filial de la entidad bancaria llamada Deva Capital.
En su primer año, Diglo ha ingresado por la actividad para Santander 31,4 millones de euros: 28,6 millones procedentes del propio banco, 1,1 millones de Altamira Santander Real Estate, otros 1,2 millones de LandCo (la gestora de suelo de la entidad) y 49.366 euros de clientes de fuera del grupo. Asimismo, el nuevo servicer se anotó, en ese primer ejercicio completo, un beneficio de 1,2 millones.
La marca Diglo nació el pasado verano para gestionar una cartera de 5.000 millones propiedad del banco presidido por Ana Botín. Por un lado, esa cartera está compuesta por 4.000 activos adjudicados (o REO en la jerga del sector) de variada tipología (primeras residencias, viviendas vacacionales, activos logísticos, residencias y oficinas) repartidos por todo el territorio nacional. Además, suma 200.000 contratos de créditos fallidos, de los que el 70% corresponden a pymes.
Además de Diglo, Santander mantiene participaciones minoritarias en los servicers Aliseda, doValue y Aktua. Actualmente, en el mercado se especula que Diglo se convierta en la siguiente de estas gestoras que puedan ser compradas por las grandes del sector, con doValue como principal candidata. Recientemente, Intrum anunció un acuerdo con Cerberus para adquirir Haya Real Estate.