En una entrevista con Econostream, la economista alemana subraya que el proceso de desinflación en la zona euro avanza según lo previsto, aunque la inflación de los servicios y la de los alimentos se mantienen algo elevadas, proyectándose a medio plazo una inflación del 2% con las expectativas bien ancladas.
«En vista de esto, nuestros tipos de interés también se encuentran en una buena posición, y el listón para otro recorte de tipos está muy alto», afirma Schnabel, quien no aprecia riesgo de una inflación sostenida por debajo del objetivo a medio plazo, ya que considera probable que la baja inflación de los precios de la energía sea temporal y ve «exagerado» el temor a que la apreciación del euro presione a la baja la inflación subyacente.
Asimismo, la alemana tampoco considera que la gestión de riesgos justifique otro recorte de los tipos de interés, ya que la inflación interna sigue siendo elevada y las expectativas de inflación de hogares y empresas son alcistas, mientras que la cada vez más fragmentada economía mundial y un fuerte impulso fiscal plantean riesgos al alza para las perspectivas de inflación a medio plazo.
Por otro lado, advierte de que, en su opinión, la postura de la política monetaria del BCE se está volviendo más acomodaticia, ya que la última encuesta sobre préstamos bancarios indica que el 56% de los bancos informó de que los tipos de interés están impulsando la demanda de hipotecas, mientras que solo el 8% afirmó que la están frenando. «Desde la perspectiva actual, un nuevo recorte no es apropiado», ha subrayado Schnabel, para quien solo se justificaría una nueva bajada del precio del dinero «si viéramos indicios de una desviación significativa de la inflación respecto a nuestro objetivo a medio plazo. Y, por el momento, no veo indicios de ello».
En cuanto a la situación del tipo de cambio en el mercado de divisas, la alemana considera exagerado el debate sobre la apreciación del euro frente al dólar, recordando que, en las últimas dos décadas, se han registrado apreciaciones comparables o incluso mayores, con un impacto bastante limitado en la inflación.
Asimismo, Schnabel apunta que la transmisión de esta situación del tipo de cambio podría ser limitada, destacando que el fenómeno actual refleja un efecto positivo en la confianza de los inversores sobre el potencial de crecimiento de la eurozona, lo que tiende a reducir los costes de financiación, contrarrestando el efecto de ajuste del tipo de cambio, recordando también que la mitad de las importaciones de la región se facturan en euros, lo que reduce la transmisión.
En cualquier caso, la ejecutiva del BCE ha subrayado que la institución no fija un objetivo para el tipo de cambio ni responde a ningún nivel en particular, sino que incorpora los tipos de cambio a sus modelos de proyección.