En la reunión de junio, los miembros del FOMC indicaron inesperadamente en el «diagrama de puntos» del banco que podrían producirse otras dos subidas de 25 puntos básicos en lo que queda de 2023, una opinión de la que se hicieron eco los comunicados de Powell. Sin embargo, el mercado no está muy convencido sobre la retórica de la Fed, y los inversores se muestran especialmente escépticos ante la posibilidad de un mayor endurecimiento tras la considerable caída del IPC en junio. En cierto modo, la Fed se ha acorralado a sí misma y parece que el miércoles se producirá una nueva subida de tipos de 25 puntos básicos (los mercados de futuros ya la dan totalmente por hecho). Dicho esto, pensamos que ahora hay pruebas suficientes para limitar la necesidad de más subidas más allá de esa fecha, y creemos que la subida de tipos del miércoles será la última.
Los halcones del FOMC argumentarán, con razón, que la actividad económica de EE.UU. se mantiene bien, respaldada por un mercado laboral fuerte. Los datos de actividad económica publicados desde la reunión de junio han sido mayoritariamente optimistas. Los pedidos de bienes duraderos superaron las estimaciones en mayo, el índice PMI de servicios del ISM ha vuelto a subir inesperadamente hasta un nivel saludable del 53,9 y el Índice de Sorpresa Económica de Citigroup está cerca de máximos de varios años (68,4). Aunque se trata de un indicador algo desfasado, el crecimiento del primer trimestre también se revisó al alza hasta el 2% anualizado, y la estimación de la Fed de Atlanta, conocida como GDPNow, apunta actualmente a una expansión similar en el segundo trimestre del año (2,4%). Esto sugiere que existe una mayor probabilidad de un «aterrizaje suave», en el que la Fed logre reducir la inflación sin desencadenar una recesión en EE.UU.
Desde junio, se han observado señales más claras de una tendencia a la baja tanto en la tasa de inflación general como en la subyacente de EE.UU. El dato del IPC de junio, que provocó una de las mayores caídas semanales del índice del dólar desde la crisis financiera mundial, demostró que el ciclo de endurecimiento de la Reserva Federal está dando sus frutos. La inflación general cayó a su nivel más bajo en más de dos años (3,0%), mientras que la subyacente cayó inesperadamente por debajo del 5% por primera vez desde noviembre de 2021, lo que supuso una especie de punto de inflexión. Aún queda camino por recorrer antes de que las presiones subyacentes sobre los precios vuelvan al nivel objetivo, aunque el hecho de que casi todas las métricas de la inflación estadounidense tienden a la baja, incluida la tasa subyacente anualizada a tres meses (4,1%), reconfortará mucho a los responsables de la política monetaria.
Sospechamos que, en particular, la caída del índice subyacente de la inflación estadounidense restará presión a los funcionarios del FOMC en la reunión de esta semana. Como hemos mencionado, no esperamos que el presidente Powell indique explícitamente que el ciclo de subidas ha terminado, aunque tampoco creemos que se muestre tan agresivo como en junio. Es probable que Powell vuelva a hablar de la fortaleza del mercado laboral estadounidense y podría hacer referencia a la resistencia de los datos económicos desde la última reunión. En junio, Powell dijo que existía la posibilidad de que la Fed moviera ficha en «reuniones consecutivas», es decir, en julio y septiembre. No creemos que esta vez vaya a ser necesariamente tan franco en esta opinión.
Creemos que esta semana Powell insistirá en que la Fed está adoptando un enfoque supeditado a los datos, aplazando su decisión sobre cuándo poner fin al ciclo de subidas hasta la siguiente reunión de septiembre, cuando se publiquen las proyecciones actualizadas. De este modo, la Fed dispondrá de tiempo suficiente (casi dos meses completos) para evaluar la situación económica, especialmente en lo que respecta a la inflación, antes de decidir si es necesario un endurecimiento adicional de la política monetaria. Para la reunión de septiembre (20/09), se habrán publicado los informes sobre el IPC de julio y agosto, así como la medida de inflación preferida por la Reserva Federal correspondiente a julio, el índice PCE.
En caso de que la Reserva Federal adopte un enfoque totalmente dependiente de los datos en su reunión de esta semana, cabría esperar una respuesta relativamente moderada del dólar el miércoles. En caso de que el FOMC mantenga el rumbo e indique explícitamente que está preparado para subir los tipos de nuevo en algún momento antes de finales de año, probablemente el dólar repuntaría con fuerza. En el momento de escribir estas líneas, los mercados financieros sólo asignan una probabilidad implícita del 12% a una segunda subida de 25 puntos básicos en septiembre, y alrededor de una posibilidad entre tres a que dicha subida se produzca en noviembre.
El escenario más moderado, y que sin duda desencadenaría una brusca caída del billete verde, sería que Powell indicara específicamente que la Fed probablemente ya no subirá más los tipos de interés. Como ya hemos mencionado, no esperamos que esto ocurra todavía, ya que probablemente los miembros de la Fed querrán ver antes más pruebas sobre el retroceso de la inflación.
El FOMC anunciará su última decisión política el miércoles a las 20.00 horas 8CET), y la rueda de prensa del presidente Powell tendrá lugar 30 minutos después.