Los PMIs han mantenido la tendencia positiva, especialmente en el sector manufacturero (51,2), con un dato correspondiente al mes de enero que se sitúa en terreno de expansión por primera vez desde el pasado mes de junio. Por su parte, el PMI de servicios ha continuado con su desaceleración para situarse en 52,9 lo que podría ser un indicador de que la presión salarial en el sector servicios habría corregido. El PIB del cuarto trimestre de 2024 creció un 2,3%, sensiblemente por debajo de lo que estaba previsto por el mercado (3,2%), por lo que no sería extraño ver incrementos notables en las próximas revisiones. En cualquier caso, el año 2024 cerró con un crecimiento del 2,8% (2,9% en 2023), señal de que la economía no ha desacelerado, pero tampoco está sobrecalentada.
Otros datos como el de las ventas minoristas (+0,4% en diciembre), o la confianza del consumidor de “The Conference Board” que se quedaba en 104,1 frente a una estimación del 105,7, corroboran la buena salud de la economía, pero sin mostrar euforia. El empleo nos sigue dando una información muy volátil en función del dato que tomemos (JOLTS, ADP o Nóminas no agrícolas), pero una vez más todos ellos demuestran que la economía no está cerca de pararse, sino todo lo contrario, podría mantener el ritmo actual varios trimestres más. Este panorama positivo tiene un enemigo principal, el gobierno estadounidense y sus decisiones impulsivas, que podrían acabar afectando de manera negativa al equilibrio que llevan demostrando consistentemente los datos en los dos últimos años. Los aranceles y los conflictos internacionales podrían acabar pesando sobre la economía y los mercados.
En Europa, el crecimiento de la economía mantiene su tono apático. Las cifras provisionales indicaron que no hubo crecimiento del PIB en el cuarto trimestre respecto al tercero, por lo tanto, en 2024 la economía de la zona euro habría crecido un 0,9%, destacando el crecimiento de España (+3,2%) gracias al consumo y al turismo, frente al estancamiento en Alemania (-0,2%, segundo año consecutivo de caída) y Francia (+1,1). Los PMIs han iniciado 2025 con niveles muy similares a los del año anterior. Aunque el PMI manufacturero ha recuperado desde el dato de 45,1 de diciembre hasta un 46,6 en enero, se mantiene claramente en zona de contracción, demostrando la debilidad del sector industrial europeo, especialmente del alemán. A nivel servicios (51,3) muestra un ligero deterioro, pero se mantiene en zona de expansión. La confianza del inversor del Instituto ZEW, sorprendía con una recuperación mayor a la esperada (18 vs 16,9), lo que podría estar sugiriendo cierta posibilidad de cambio de tendencia. El empleo es el dato más desconcertante en Europa, la economía apenas crece, pero el empleo no se deteriora. Es más, en diciembre marcó su mínimo histórico en el 6,2% frente al 6,3% de enero.
En el continente asiático, las referencias macroeconómicas chinas de diciembre mostraron cierta recuperación en muchas de sus magnitudes como el PIB, que terminaba 2024 creciendo un 5%, o los PMIs por encima de 52. Pero los datos de enero están siendo claramente más débiles, PMIs ligeramente por encima de 50 o la tasa de paro subiendo al 5,1% afloran la debilidad de una economía, que además se enfrenta a las potenciales sanciones y trabas en cuanto a relación comercial por parte de Estados Unidos. Más medidas y más contundentes es lo que esperará el mercado para retomar la confianza en la economía china.
La semana pasada se publicaba el dato de inflación correspondiente al mes de enero en Estados Unidos sorprendiendo ligeramente al alza, en un contexto en el que ya existía incertidumbre en cuanto a cómo iban a influir las políticas de Trump en los precios de viene y servicios. El IPC general se situó en el 3,0% cuando se espera que repitiese en el 2,9% del mes anterior, y a nivel subyacente la sorpresa fue aún mayor, pues se esperaba una caída de una décima desde el 3,2%, pero finalmente publicaron un dato de 3,3%. Transporte, alimentos y combustibles fueron las partidas que más aumentaron, y por el lado positivo se observó cierta relajación en el dato incremento de precios de vivienda. Estos repuntes de inflación estarán muy presentes en las futuras decisiones por parte de la FED, que en la primera reunión del año había decidido mantener el tipo de interés de referencia de la política monetaria en el rango 4,25%-4,50%, mostrando prudencia en un entorno de mercado laboral muy sólido y ante la incertidumbre respecto al impacto que puedan generar las futuras decisiones del presidente Trump en la inflación y la economía estadounidenses. Según puede deducirse de la curva de tipos de interés, el mercado descuenta entre una y dos bajadas de tipos adicionales para 2025, que pudiesen dejar las tasas en torno al 4%. Powell comparecía a inicios de la semana pasada afirmando que no tienen ninguna prisa por seguir bajando tipos, apoyándose en la buena marcha del mercado laboral y confirmando un crecimiento previsto para 2025 de 2,5%.
En Europa por su parte el dato provisional de inflación para el mes de enero reflejó un ligero repunte hasta el 2,5% a nivel general y hasta el 2,8% para el IPC subyacente. La presión de los precios de los combustibles junto a las subidas salariales está pesando sobre la evolución de los precios en Europa. La percepción general es que la inflación se sitúe en el 2% a finales de año mientras que a Estados Unidos le pueda costar algo más de tiempo alcanzar ese objetivo. Dadas estas previsiones de inflación, junto con el estancamiento que sigue viviendo a nivel económico el viejo continente, el Banco Central Europeo redujo en 25 pbs el tipo de facilidad de depósito en enero para dejarlo en el 2,75%.
Las previsiones a uno y otro lado del atlántico apuntan a que vamos a seguir viendo divergencia en cuanto a política monetarias entre Europa y Estados Unidos. Mientras que la FED sigue sin tener prisa en mover tipos, y el mercado está descontando una sola bajada que deje los tipos en el 4%, el débil crecimiento de la economía europea, con unos niveles de inflación inferiores, facilitaría que en las próximas reuniones se sigan produciendo ajustes en la política monetaria para terminar 2025 con un tipo de interés cercano al 2%. Mientras