Griffiths deja de esta manera un cargo en la compañía automovilística que asumió en 2020, sustituyendo a Luca de Meo. Además, en junio anunció su dimisión de la presidencia de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) ante la «inacción del Gobierno en favor de la electrificación».
El directivo ejercía como vicepresidente comercial de Seat y consejero delegado de Cupra cuando el grupo Volkswagen lo eligió para suceder a Luca de Meo. En marzo de 2020, Griffiths sumó a sus responsabilidades la de presidente del consejo de administración de Cupra, convirtiéndose en el máximo responsable de la marca después de la inauguración de su nueva sede corporativa, el Cupra Garage, y de anunciar una ofensiva de producto.
El directivo británico comenzó su andadura en el consorcio automovilístico alemán en 1989 en Audi, en Ingolstadt (Alemania), y tras su paso por Seat durante dos años (1991 – 1993), regresó a la firma de los cuatro aros, donde ocupó varios cargos en varios mercados. Posteriormente, en 2016 fue nombrado vicepresidente comercial de Seat y en enero de 2019 asumió la posición de consejero delegado de Cupra.
Griffiths acompañó a De Meo durante los últimos años de gestión del italiano, coincidiendo con una de las etapas de mejores resultados de la marca. Poco antes de asumir de manera efectiva la presidencia de Seat -el 1 de octubre de 2020-, anunció que entre sus principales objetivos estaría que la gama Cupra aportara 1.000 millones de euros en ingresos a la firma de Martorell.