El informe revela que la industria española, que representa aproximadamente el 17,6% del PIB nacional, depende significativamente del gas natural, un recurso energético clave para garantizar su competitividad. Actualmente, el gas natural representa el 55% del consumo total de energía en la industria española, desempeñando un papel fundamental en sectores clave como el refino, la química-farmacéutica y la construcción, entre otros.
Sin embargo, la demanda de gas natural ha experimentado fluctuaciones significativas, con una disminución del 39% en diciembre de 2022 en comparación con el mismo periodo de 2019. Aunque en diciembre de 2023 hubo un aumento del 27% respecto al año anterior, el consumo anual de la industria solo aumentó un 2% en comparación con 2022.
Sin embargo, el futuro sostenible de la industria pasa inexorablemente por una transición hacia fuentes de energía más renovables. “Las industrias se juegan su competitividad en la medida que sean capaces de acometer sus estrategias de descarbonización y, para ello, demandan un esquema de apoyo que incentive la adopción de tecnologías limpias mientras que ayude a evitar la descarbonización”, explica Óscar Barrero, socio de Energía de PwC, en relación a la relevancia de los planes de descarbonización de Estados Unidos (IRA, con una inversión de 369.000 millones de dólares), Europa (Green Deal, 335.000 millones de euros en inversión) y China (Low Carbon Plan, con un volumen de inversión previsto de 280.000 millones de dólares).
Los gases renovables, especialmente el biometano y el hidrógeno renovable, emergen como las alternativas más viables en estos sectores gasintensivos. Esto se refleja especialmente en el potencial de electrificación de diversos sectores industriales, que se sitúa entre un bajo 0% a 5%, lo que evidencia la insuficiencia de la electrificación como estrategia única de descarbonización.
Esta comparación de potencial pone de relieve la importancia estratégica de los gases renovables en el panorama energético industrial de España. Mientras que la electrificación enfrenta desafíos significativos debido a las limitaciones técnicas y económicas actuales, los gases renovables ofrecen una ruta más factible y viable para avanzar hacia una industria competitiva y descarbonizada. Su capacidad para integrarse en los procesos industriales existentes, combinada con su potencial de reducir las emisiones de carbono, los posiciona como una solución energética clave para el futuro de la industria española.
Estos gases ya pueden integrarse en la infraestructura gasista existente, lo que representa una oportunidad única para avanzar hacia la sostenibilidad sin comprometer la eficiencia industrial. En este sentido, la incorporación plena de biometano es 100% compatible con toda la infraestructura gasista existente y también con todos los equipamientos de los usuarios finales. En cuanto al hidrógeno renovable, el estudio CavendisH2, realizado por Sedigas con la colaboración de Bip Consulting, refleja la viabilidad de incorporar hasta un 20% de hidrógeno renovable en la red de gas actual, con una inversión estimada entre 92 y 703 millones de euros. En los últimos días, el proyecto H2SAREA, liderado por uno de nuestros asociados, Nortegas, ha certificado esa misma compatibilidad en la red de distribución de gas.
Del mismo modo, el potencial nacional de producción de biometano alcanza los 163 TWh/año, lo que permitiría cubrir alrededor del 50% de la demanda nacional de gas natural (datos actualizados a cierre 2023), tal y como se recoge en el ‘Estudio de la capacidad de producción de biometano en España’, elaborado por la Asociación Española del Gas, Sedigas, en colaboración con PwC y la consultora especializada Biovic.
El rol esencial de los gases renovables
El papel de los gases renovables trasciende la mera sostenibilidad ambiental y viabilidad técnica. Su integración en la matriz energética industrial es fundamental para mantener la competitividad de España en el escenario internacional. El informe de Sedigas y PwC señala que la adopción de gases renovables podría ayudar a mitigar los impactos de la volatilidad de los precios del gas natural y reducir la dependencia de combustibles fósiles, factores ambos críticos para la estabilidad económica y competitiva del sector industrial.
La transición hacia los gases renovables no es solo una respuesta a los desafíos medioambientales, sino también una estrategia económica integral. Invertir en gases renovables es invertir en el futuro de la industria española. Con el apoyo adecuado de políticas públicas, medidas financieras y marcos regulatorios, esta transición puede ser un catalizador para la recuperación y el crecimiento sostenible.
“Sedigas insta a los actores clave, incluyendo al gobierno, la industria y la sociedad, a reconocer la importancia de los gases renovables en la estrategia energética nacional. Es imprescindible establecer un marco legislativo y regulatorio favorable, que promueva la inversión en estas tecnologías y facilite la transición energética de manera eficiente y efectiva”, señala Joan Batalla, presidente de Sedigas que añade que “la transición hacia una matriz energética más renovable no es solo una obligación medioambiental, sino una oportunidad estratégica para reforzar la competitividad y garantizar un futuro sostenible para la industria española, que no puede ni debe quedarse atrás”.