Aunque los fondos cuenten con múltiplos sobre capital invertido (TVPI) positivos, las distribuciones al capital pagado (DPI) están estancadas o son directamente, decepcionantes. Los motivos de este fenómeno vienen derivados de la falta de salida de sus compañías como consecuencia del endurecimiento monetario, la persistente inestabilidad geopolítica, la inflación sostenida y la subida de tipos para contrarrestarla. Los inversores están pasando de centrar sus análisis en el TVPI a centrarlo en el DPI, ya que «no sirve de nada» tener valor en tus inversiones si no hay manera de hacerlas líquidas pasado el periodo correspondiente.
Este panorama se traduce en dudas y nerviosismo por parte de los inversores, lo que, en el mejor de los casos, implica una espera más larga para materializar el retorno, extendiendo los horizontes de liquidez, afectando a la TIR y sobre todo a la capacidad de la gestora para levantar nuevos vehículos, lo que argumenta a su vez los tristes resultados que están viendo los fondos en sus etapas de levantamiento de capital (fundraising) puesto que muchos LPs están pausando sus nuevos compromisos hasta que reciban distribuciones de fondos anteriores.
Esta dificultad de salidas y el descenso de las operaciones de IPO y M&A por parte de los fondos contribuye al crecimiento experimentado en el mercado secundario durante los últimos años. Estos mercados proveen de liquidez a los fondos, permite ajustar la duración, el perfil de riesgo y la concentración de las carteras distribuyendo a su vez retornos a los inversores. Las perspectivas para la segunda mitad de año son positivas y apuntan a un mercado secundario más diversificado, incluyendo estrategias más allá del buyout tradicional como venture capital, infraestructuras o crédito privado.
A su vez, cuando el objetivo de estos fondos es generar salidas evitando vender a sus competidores, proliferan los vehículos de continuación (VC), proporcionando a los LP existentes la opción de obtener liquidez o mantener la exposición a un activo, mientras que el GP puede seguir manteniendo y construyendo sus mejores activos más allá del periodo de tenencia inicial.
Todo este descenso en las distribuciones genera cierta presión sobre el valor de mercado percibido de las compañías en las carteras. Esto no significa que las compañías se encuentren en una situación peor, sino que muchos fondos, debido a la presión de sus inversores por obtener retornos una vez han llegado al límite de la duración del fondo, recurren a salidas de sus compañías con unos múltiplos de valoración ajustados a la baja. El descenso de DPI también recoge la sobreestimación en las valoraciones de las compañías entre 2020-2022.
En el momento actual en el que nos encontramos, el sector de infraestructuras es cada vez más interesante dentro del universo de los activos alternativos: su capacidad para generar flujos de caja estables, su cobertura frente a la inflación y su potencial para diversificar carteras, lo posiciona como una opción muy atractiva, aunque las rentabilidades giren en torno al 10% anual y el sector presente algunos desafíos.
Aunque las estrategias del mercado privado son intrínsecamente ilíquidas, el paradigma sigue cambiando con las innovaciones. Las estructuras de fondos semilíquidos, el mercado secundario y los vehículos de continuación, están ampliando las opciones tanto en términos de periodos de tenencia más largos para los GP como de mejores opciones de liquidez para los LP en momentos de incertidumbre en el mercado.