Según los datos hechos públicos por la patronal Acotex, el sector cerró el primer trimestre del ejercicio con un descenso de la facturación del 1,60%, el primero igualmente en los últimos tres años. El comercio textil sufrió un duro batacazo en 2020 a raíz del Covid-19, cuando sus ventas se desplomaron un 39,8%, la mayor desde que hay registros. La situación se suavizó en 2021, pero aún así hubo también una caída del 13,1%. En 2022, sin embargo, se recuperó la senda del crecimiento. De acuerdo con los datos del barómetro que publica mensualmente Acotex ese año hubo un crecimiento del 13,8%, que en 2022 se redujo ya a tan solo el 2,8%. A pesar de que Inditex, el líder del sector bate un nuevo récord cada trimestre, el sector venía advirtiendo desde hace tiempo de un deterioro generalizado de su negocio, después sobre todo de una mala campaña de rebajas.
Zamácola, presidente de Acotex, ha admitido que la caída de marzo supone «un dato negativo, que confirma las dificultades por las que atraviesa el sector del comercio textil». En su opinión, hay varios factores que explican esta caída de ventas tan significativa. Según dice, «el cliente tiene menos renta disponible y el textil ha pasado a segundo plano en cuento a prioridades de consumo», poniendo por delante la restauración o el ocio.
Pero es que, además, el mes de marzo ha sido muy lluvioso, «lo que no anima al cliente a salir». Y a eso hay que sumar además el efecto del calendario por el hecho de que este año las fiestas de Semana Santa hayan caído en marzo. «Históricamente afecta de forma negativa en las ventas, todo se traduce en pocas compras en nuestras tiendas», explica el presidente de Acotex. El sector confía así en que en abril se pueda recuperar la tendencia alcista y volver a entrar en terreno positivo.
A la espera de conocer los datos de 2023, el sector está sufriendo una pérdida imparable de pequeños negocios, con el cierre de tiendas en prácticamente toda España. En 2022, el número de establecimientos se redujo en 694 locales, con lo que suma ya un descenso del 30% respecto a 2019. Si ese año había 62.000 locales al cierre del último ejercicio quedan solo 43.978, lo que supone 18.000 menos. Más allá de los efectos coyunturales por la pérdida de poder adquisitivo de los españoles, el hecho es que el avance de la moda ultrarápida online está obligando además a la mayor parte de las cadenas a recortar el número de tiendas físicas. Así, la marca de moda estadounidense GAP ha anunciado el cese de su actividad en España -venderá solo online y en los corners de El Corte Inglés- y H&M ha anunciado el cierre de 28 tiendas y casi 600 despidos.