Pero el problema no es solo la falta de entendimiento entre las señoras vicepresidentas sino sus continuos tics antidemocráticos ocultando una y otra vez toda la información que pueden, no solo a sus compañeros de consejo, sino a los ciudadanos. Y además, juna y otra vez manipulan datos y acuerdos a su gusto y conveniencia, siguiendo eso seguro, las ordenes de don pedrito que todo lo ve y todo lo manipula.
La mejor prueba de esta forma de gobernar retorciendo la verdad es que, de momento todos los que cobren el SMI verán como lo primero que sucede es que les descuentan los correspondientes impuestos, si si, tal como suena, Y después, dentro de un año, si estas señoras no han cambiado de opinión, la AEAT, al presentar su declaraciones de la renta, les devolverán lo retenido, si es que tienen derecho a ello.
Por otra parte, a nadie se le oculta que desde que estalló la polémica interna todo el mundo sabía que acabarían llegando a un acuerdo, básicamente porque la necesidad las obligaba.
Y todo aquel que diga que la perdedora ha sido Montero, se equivoca primero, porque de momento habrá que pagar y después porque Sánchez, con este acuerdo evita verse sometido a la humillación de que el Pleno del Congreso le obligara a modificar el IRPF para subir el mínimo exento y acompasarlo al SMI, como hizo el Ejecutivo motu proprio en ejercicios anteriores.
Porque ése era el riesgo real para el presidente. La Mesa del Congreso se reunió este viernes para calificar las proposiciones de ley que, en su día, Sumar, el PP y Podemos presentaron para revertir la decisión del Ministerio de Hacienda de que el SMI tributara en el impuesto de la Renta por primera vez. Aunque el Gobierno podía vetarlas argumentando que supondrían una merma de los ingresos públicos (opción que contempla la ley), Sumar amenazaba con unir sus votos a los del PP en la Mesa para levantar esos vetos. Lo que habría conducido al PSOE a una derrota segura en la tramitación parlamentaria. Así que a Sánchez no le quedaban muchas salidas.
Además no podemos olvidar que las relaciones Psoe/Sumar no están en su mejor momento y haber añadido otro frente de tensión no habría sido nada bueno cuanto se avecinan peleas de mucho calado a costa de la defensa y los enormes gastos a los que tendrá el gobierno que hacer frente.
Así que, una vez mas el ganador ha resultado ser el mismo de siempre, el ocupante de La Moncloa.