Así se desprende del último informe del Instituto de Investigación Capgemini, “Un mundo en equilibrio 2024: Acelerando la sostenibilidad en medio de retos geopolíticos”, que analiza los avances en sostenibilidad medioambiental y social de las empresas en los últimos tres años. La tercera edición del informe pone de relieve notables mejoras en la circularidad, el diseño sostenible, la medición, la gestión del agua, la biodiversidad y la capacitación en sostenibilidad, aun cuando existen deficiencias en la lucha contra las emisiones de Alcance 3 y escepticismo por parte de los consumidores.
En general, las organizaciones están intensificando sus esfuerzos para cumplir sus objetivos de sostenibilidad, lo que ha provocado que su grado de madurez en la adopción de prácticas sostenibles haya aumentado de forma constante desde 2022. Este año, el 84% de los directivos señala que su organización está en vías de cumplir sus objetivos de emisiones de carbono; menos de una décima parte afirma que va retrasada. A medida que las compañías buscan minimizar su impacto en el medio ambiente, el progreso es particularmente visible en términos de circularidad, diseño de productos sostenibles, medición y gestión del agua. Por ejemplo, casi tres cuartas partes de los ejecutivos reconocen que el reciclaje de productos es un aspecto central de su estrategia de fabricación, frente al 53% en 2022; mientras que más de dos tercios apuntan que están rediseñando productos para eliminar las fuentes de materias primas de combustibles fósiles, frente a menos de la mitad en 2022. Además, tres cuartas partes de los directivos declaran que han implantado un programa de gestión del agua, frente al 55% de 2022.
A finales de 2023, los ejecutivos planeaban aumentar las inversiones en sostenibilidad este año. Sin embargo, las empresas no lo han cumplido: la inversión media anual en iniciativas y prácticas de sostenibilidad se sitúa ahora en el 0,82% de los ingresos totales, por debajo del 0,92% de 2023. “El informe de este año muestra que los proyectos de sostenibilidad siguen cobrando impulso en 2024 a pesar de los actuales inconvenientes”, sostiene Garcia, responsable de Servicios Globales de Sostenibilidad y Responsabilidad Corporativa de Capgemini y miembro del Comité Ejecutivo del Grupo. “Los líderes empresariales tienen el poder y la responsabilidad de dirigirnos hacia una economía más sostenible. La gestión del agua, la preservación de la biodiversidad y las prácticas circulares se han establecido como imperativos empresariales clave. Los ejecutivos están siendo muy pragmáticos, y la reducción de CO2 debe traducirse ahora en ahorro de costes. Seguimos viendo los esfuerzos de sostenibilidad reforzados por las nuevas innovaciones de tecnología climática y la normativa. La mejor manera de generar confianza y credibilidad entre los consumidores es demostrando resultados tangibles y planificando un futuro con la sostenibilidad como eje central”.
Los consumidores quieren que las empresas vayan aún más lejos y exigen transparencia. Según el informe, tres cuartas partes de los consumidores esperan que las empresas desempeñen un papel más importante en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2024. Además, incluso cuando las organizaciones aumentan sus iniciativas de sostenibilidad, los consumidores se muestran más escépticos que nunca sobre la sostenibilidad corporativa, ya que más de la mitad cree que las organizaciones están aplicando una estrategia de greenwashing en sus iniciativas de sostenibilidad, frente al 33% en 2023.
Según los ejecutivos, las normativas relacionadas con el clima actúan como uno de los principales impulsores de los proyectos de sostenibilidad. Así, tres cuartas partes de los ejecutivos recalcan que la regulación de la sostenibilidad es necesaria para alcanzar los objetivos climáticos globales, e incluso casi dos tercios están de acuerdo en que, sin regulación, su organización no habría puesto en marcha muchas iniciativas de sostenibilidad medioambiental. A nivel mundial, el 73% de los directivos está de acuerdo en que la Directiva de la UE sobre informes de sostenibilidad corporativa (CSRD) está perfeccionando las capacidades de medición y seguimiento de la sostenibilidad. Sin embargo, las organizaciones siguen quedándose cortas a la hora de informar sobre iniciativas verdes, especialmente en lo que respecta a las emisiones de Alcance 3. Entre las que están obligadas a informar sobre la Directiva en 2025, poco más de un tercio asegura estar preparado para informar sobre las emisiones descendentes de Alcance 3 el próximo año, mientras que el 86% está listo para el Alcance 1.
Mientras tanto, tensiones como las relaciones entre Estados Unidos y China, las guerras en Ucrania y Oriente Medio y la crisis energética europea, están provocando perturbaciones en las cadenas de suministro y las operaciones empresariales, así como generando incertidumbre en torno a la financiación pública. Este año, casi dos tercios de los ejecutivos advierten que la geopolítica es un elemento cada vez más importante en las inversiones en sostenibilidad, y el 69% se muestra preocupado por el impacto del incierto panorama político estadounidense. Esto se percibe en todos los países, pero los ejecutivos suecos son los más preocupados (75%), frente al 71% de los estadounidenses y el 59% de los indios.