La economía de la zona euro, impulsada por un sólido mercado laboral, crecerá este año algo más de lo previsto, según las nuevas proyecciones macroeconómicas de la agencia, que excluye el riesgo de una recesión profunda para la región. «Incluso si el ciclo económico se está debilitando, no vemos que la economía de la eurozona se deslice directamente hacia una profunda recesión, que ejercería una enorme presión sobre los balances», resume la agencia de calificación.
De este modo, S&P Global espera que el PIB de la zona euro crecerá en 2023 un 0,6%, el doble de lo anticipado en marzo, y revisa una décima su proyección de crecimiento para un año después, hasta el 0,9%. La agencia confirma sus previsiones para los dos años siguientes, con un crecimiento del 1,6% en 2025 y 2026.
Entre las grandes economías de la zona euro, España será la que mayor crecimiento registrará en los próximos años, ya que el PIB de Alemania se contraerá este año un 0,1% para rebotar un 0,8% en 2024 y crecer un 1,6% en 2025 y un 1,7% en 2026. En el caso de Italia, la economía se expandirá en 2023 un 1% y un 0,6% en 2024, mientras que en los dos años siguientes crecerá un 1,3%, respectivamente. A su vez, Francia crecerá un 0,7% este año y un 0,9% el siguiente, con una expansión del 1,5% en 2025 y del 1,4% en 2026.
En su análisis, la agencia destaca que la política monetaria debería haber dejado de restringir la demanda en los próximos dos años, mientras que el poder adquisitivo debería haberse recuperado un poco y la política fiscal seguirá brindando algún estímulo a través de la implementación del programa ‘NextGenEU’, que también actúa como un escudo contra los potenciales riesgos de fragmentación financiera.
En cuanto a la evolución de los precios, S&P Global confía en que el proceso de desinflación ha comenzado, aunque advierte de que será un proceso lento, donde los precios de la energía siguen cayendo, mientras que la inflación de los alimentos se mantiene en un nivel de dos dígitos y los costes laborales aumentan progresivamente.
A este respecto, la agencia prevé que la tasa de inflación de la eurozona se modere este año al 5,8% y posteriormente al 2,7% en 2024 y al 2% en 2025, en línea con el objetivo de estabilidad del BCE, situándose en el 1,8% un año después.
En el caso de España, los precios subirán en promedio un 4,1% este año y un 3% el siguiente, con una subida del 1,9% en cada uno de los dos años siguientes.
Por su parte, la tasa de paro de la zona euro será del 6,7% en 2023 y del 6,9% en 2024, mientras que se situará en el 6,7% un año después y en el 6,6% para 2026. En España, por su parte, el desempleo sería del 12,6% este año y subirá al 12,8% en 2024, mientras que caería ligeramente al 12,7% en 2025, donde se mantendría estable en 2026.
El suizo Julius Baer también espera que España crezca un 2,2%
Julius Baer prevé que la economía de España crecerá un 2,2% este año y que la inflación se sitúe en el 3,7%. Para 2024, estiman un Producto Interior Bruto (PIB) del 0,6% y una inflación que se ralentizará hasta el 2,6%, según el último informe de perspectivas económicas de la entidad suiza.
Las previsiones económicas son «consecuencia de la elevada inflación y el endurecimiento de las condiciones financieras por la subida de tipos que está llevando a cabo el Banco Central Europeo (BCE)», explica Benedit, responsable de gestión de carteras para Iberia de Julius Baer.
Además, señala que es necesario tener en cuenta «el factor político y el efecto que podrían tener potenciales cambios en las políticas actuales sobre todas estas previsiones debido al periodo electoral en el que estamos actualmente, después de las recientes elecciones locales y de algunas CCAA, y más importante, las próximas elecciones generales de julio».
Respecto al ratio deuda/PIB de España, sus proyecciones apuntan a que se reducirá gradualmente en 2023 y 2024 (frente al 120% en 2020), dada la ralentización de los déficits. «Muchas de las inversiones públicas actuales están dentro del marco de los fondos de recuperación de la Unión Europea (UE) a España (incluidas subvenciones), evitando así presiones inmediatas en la financiación del gasto público».