El grueso de la emisión correspondió a la letras a nueve meses. En esta referencia se adjudicaron 1.521,07 millones con un rentabilidad marginal del 3,8% por encima del 3,462% de la puja anterior. Es decir, se trata del tipo más alto ya que esta referencia empezó a comercializarse en 2013.
En letras a tres meses, el Tesoro ha vendido 459,32 millones al 3,5%, superior al 3,263% de la emisión del mes pasado. Después de que en junio las letras a este plazo superaran la inflación, en la actualidad el rendimiento prolonga la tendencia alcista y se sitúa ya en el nivel más alto desde noviembre de 2011.
La demanda conjunta para ambas referencias se aproximaron a los 5.000 millones. Es decir, supone una ratio de cobertura de 2,5 veces la oferta. Es decir, en sintonía con las últimas emisiones ni el aumento de los tipos, ni la incertidumbre política que genera el adelanto electoral ni las turbulencias generadas por el sistema financiero han pasado factura al interés de los inversores por el papel español.
Aunque las rentabilidades han empezado a mejorar la remuneración de los depósitos, las rentabilidades de las letras sigue siendo más atractiva. Las órdenes no competitivas, por la que las peticiones no se hacen a un precio concreto y que son las que responden mayoritariamente a los particulares, para las letras a tres meses alcanzaron los 241,72 millones, por encima de los 215 millones de la subasta de junio. En las letras a nueves meses el importe solicitado por los particulares se situó en los 341 millones, por encima de los 236,13 millones de la subasta anterior.