Ambas compañías estudian como reducir de 79 a 60 las composiciones del modelo Talgo 230 encargadas inicialmente a la empresa española, como consecuencia de las dificultades de ésta para entregar las unidades y los retrasos acumulados en la producción, que superan el año y afectan tanto a la entrega de los coches de pasajeros como a las locomotoras que deben traccionarlos.
El pedido original, anunciado en 2019, contemplaba la fabricación de 23 trenes completos del modelo Talgo 230, con opción a una ampliación que DB hizo efectiva en mayo de 2023 al añadir 56 unidades adicionales, lo que elevaba el encargo a 79 trenes por un importe total aproximado de 1.400 millones de euros. Ahora, según apuntan fuentes del sector a este medio, el ajuste reducirá el volumen del contrato a 60 unidades, lo que supone recortar cerca del 25% del pedido original.
El retraso acumulado en el suministro de estos trenes ha sido un factor determinante en la decisión de DB. Talgo había fijado inicialmente diciembre de 2024 como fecha para la puesta en servicio de las primeras composiciones en la ruta Berlín-Ámsterdam. Sin embargo, los problemas registrados en el proceso de homologación, así como los retrasos en la fabricación, pospusieron la entrega al verano de 2025, y solo para operaciones dentro de Alemania, dejando en suspenso la conexión internacional prevista con los Países Bajos. En los últimos días, el fabricante ha establecido el segundo semestre de 2025 como plazo para entregar al cliente las primeras unidades..
En previsión de que los retrasos de Talgo persistieran, DB ordenó el año pasado equipar los coches de viajeros del nuevo modelo Talgo 230 con locomotoras de otros fabricantes que permitan su tracción, como las Vectron de Siemens. Esta fórmula ha sido probada con éxito en los Países Bajos el pasado febrero, lo que permitiría, al menos, operar los coches de pasajeros antes de que las locomotoras de Talgo estén listas.
Los retrasos acumulados también están impactando de lleno en las cuentas de Talgo. En sus resultados del primer trimestre de 2025, la compañía reconoció un «grado de avance inferior al planificado en fabricación», lo que ha provocado un incremento de los costes industriales indirectos. Además, admitió que mantiene «en curso un plan de recuperación» para tratar de reconducir la situación. La empresa retiró incluso las previsiones financieras para el conjunto del año 2025, al considerar que las circunstancias imprevistas, tanto por los problemas de fabricación como por cuestiones relacionadas con su estructura de capital, impiden establecer un escenario fiable a medio plazo.
El modelo Talgo 230, conocido en Alemania como ICE L, fue diseñado específicamente para Deutsche Bahn y, más tarde, adaptado para DSB en Dinamarca, que también ha encargado otras 16 composiciones aún pendientes de entrega. Se trata de un tren de alta velocidad con un suelo bajo completamente accesible, capacidad para 562 pasajeros, y velocidades de hasta 230 km/h. Sin embargo, el desarrollo técnico ha requerido modificaciones a petición del cliente, lo que ha contribuido a la acumulación de retrasos.