Una de las opciones pasaría por la migración de los clientes de Vodafone a la red de fibra de Telefónica, a través de un acuerdo mayorista, y el posterior apagado de su infraestructura de cable, heredera de la antigua Ono. De esta manera, Telefónica evitaría que esta infraestructura pasara a manos de otro operador mayorista.
El cable es una tecnología que permite ofrecer al cliente buenos servicios de televisión y banda ancha en la actualidad, pero que, en el futuro, debe modernizarse para atender a nuevos usos. Vodafone ya tiene distintos acuerdos mayoristas con Telefónica desde hace años, para el uso de su red de fibra. Telefónica ya mostró interés en un acuerdo de estas características la pasada primavera, tras el anuncio del grupo británico de poner en revisión sus negocios en España, incluida la posible venta.
La transacción en torno a la red se incluiría dentro de la citada revisión. La CEO de Vodafone, Margherita Della Valle, señaló a principios de esta semana que la empresa se ha planteado operaciones estructurales en España de menor medida. Entre ellas estaría la venta de la red de cable. La decisión final, en cualquier caso, será de Vodafone.
En el mercado se ha seguido especulando con la posible venta de Vodafone España. Esta misma semana se apuntaba al interés de firmas financieras como Warburg Pincus y Carlyle.