Hueso abrió sus puertas hace 6 meses al lado de la Puerta de Alcalá, y a su magnífica ubicación se suman un espacio muy versátil -con tres zonas bien diferenciadas: barra (con carta propia); Salón Cristalera; y Salón Chimenea- y un recetario que invita al disfrute desde el aperitivo hasta la primera copa, con cócteles y tapas incluidos. Desde su apertura, la carta cuenta con una sección de picoteo a base de platillos clásicos -croquetas, anchoas, jamón, quesos- y otros más canallas, y es con estos con los que comienza el viaje… Porque esa fusión y explosión de sabor que buscan transmitir está más que presente en propuestas como el ya imprescindible Nigiri de atún -que nadie se espere el habitual, porque este no tiene nada que ver-, el Brioche de cochinita pibil con tomatillo verde, el Taco de maíz morado con carrilleras al cacao o el renovado Saam, ahora aún más exótico, de cabracho a baja temperatura y a la parrilla sobre hoja de shiso, vinagreta de miso y salsa tártara asiática, para chuparse los dedos.
Su apartado de segundos ha cambiado casi por completo, manteniendo el lomo madurado y el Rape al mojo picón. Entre los últimos en llegar, el representante por excelencia de ese Perú-Italia del que hablábamos, es el Raviolo abierto con ají de gallina. Y se saborea la combinación de culturas a través de recetas como la originalísima Secuencia de atún servido en 2 pases: el primero compuesto por tres bocados -‘hueso’ relleno de boloñesa de atún, galleta de espinaca y mojama Hueso- y el segundo, sashimi de atún con meunière de ají amarillo; la Parmigiana Hueso, el Magret de pato y raíces -un guiso de papa seca, típica peruana, a baja temperatura y caldo de dashi ‘ibérico’-, el Chipirón y textura de maíces, el Corzo Café París o el Cerdo estilo cantonés y buñuelo de calabaza.
Eso sí, los postres son clásicos, tradicionales y sin fusión, como queda claro con el Tiramisú de la nonna o el Flan con leche de oveja.
Para acompañar estas creaciones cuentan con una interesante selección de vinos con referencias nacionales en su mayoría, tanto conocidas como desconocidas, y con sugerencias por copas. El fin es que la gente coma, ‘viaje’, disfrute abriendo su paladar y se sienta como en casa, pero en un elegante y acogedor local.
Hueso esta divido en varios ambientes. En su zona de barra, con grandes ventanales y mesas altas, sirven snacks; el Menú Bar, con un precio de 22 €, que incluye 4 primeros y 4 segundos a elegir, pan, postre, café y bebida; y a las 16:00 h arranca un animado afterwork con buena música. Esta parte abre ininterrumpidamente de martes a jueves de 13:30 a 01:00 h, y los viernes y sábados cierra a las 02:00 h. La carta de bar, con un divertido tapeo y un precio medio de 20 €, se sirve hasta las 23:30 h. Las copas, al igual que los cócteles, también viajeros, desde 10 €. Además, los viernes y sábados tienen happy hour de 23:00 a 00:00h.