Es una cifra a la baja por segundo año consecutivo, pero todavía por encima del coste medio de financiación de toda la deuda soberana en circulación, que llega a diciembre en el 2,31%. Sin embargo, el Tesoro confía en que ambos datos tiendan a la convergencia a medida que se siga estabilizando el coste en futuras emisiones.
La secretaria del Tesoro y Financiación Internacional, Conthe Calvo, ha explicado cómo el cambio de ciclo ha permitido reducir el coste que paga España por colocar su deuda en el mercado. Es decir, se habría alcanzado un techo en el 3,4% correspondiente al 2023. «Estamos observando esta convergencia también apoyada en la reducción de la prima de riesgo, con lo cual es verdad que esto mitiga el aumento del coste de financiación de España, además del nivel absoluto de tipos», comentaron desde el Tesoro.
La última vez que series se cruzaron fue en 2022. En ese momento, el Banco Central Europeo aceleró la subida de tipos de interés para frenar el auge de los precios. Esto tuvo su impacto en el precio que paga España por cada adjudicación de deuda con especial impacto en los vencimientos más cortos. En 2023 el coste en circulación de toda la deuda se situó en el 2,1%. Es decir, la diferencia con las emisiones realizadas ese año, de media, ascendió sobre los 130 puntos básicos. Al cierre del 2025, este diferencial se estrechó hasta los 40 puntos básicos.
En 2025, el coste medio creció en 10 puntos básicos al ganar peso las emisiones realizadas en los últimos tres años, con mayores tipos de interés por parte del BCE, frente a las emisiones de antes del 2020, donde los tipos de interés de la eurozona estuvieron en el 0%. Con todo, el Tesoro capta financiación a un coste cada vez menor. Habrá que ver si ahora que se descuenta una política monetaria sin cambios para los próximos meses, según recogen los contratos financieros OIS (overnight indexed swaps), se alcanza esa convergencia o incluso las nuevas emisiones salen más baratas que el coste medio de toda la deuda en circulación, algo que no pasa desde hace tres años y que fue habitual en ejercicios anteriores a esa fecha.
La financiación prevista por parte del Tesoro Público para el 2026 seguirá una estrategia similar a la vista este año. Aunque la emisión bruta aumentará ligeramente hasta los 286.000 millones de euros, el plan para el año que viene perseguirá una emisión neta de 55.000 millones de euros. De conseguirlo, supondría alinear la estrategia a los 54.775 millones de euros del 2025 y los 55.034 millones del año anterior. Para conseguir este objetivo, el Tesoro concentrará la mayor parte de los esfuerzos en la colocación de deuda a largo plazo frente a los 5.000 millones previstos para las Letras del Tesoro, con una duración igual o inferior a los doce meses.
Mientras no se esperan cambios en la vida media de la cartera de la deuda soberana española, que se sitúa en los 7,87 años, Conthe Calvo confía en que la base inversora seguirá ampliándose gracias a la mayor concurrencia de inversores extranjeros que acuden a las emisiones del Tesoro y que cubren la menor compra de deuda por parte del Banco Central Europeo.
